Alquimista y misionero del obradoirismo

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

25 jun 2021 . Actualizado a las 21:51 h.

A Moncho Fernández le pagan su salario por la labor que desempeña al frente del primer equipo del Monbus Obradoiro, por los resultados que viene consiguiendo desde que tomase las riendas técnicas en el verano del 2010. Pero hay una parte de su trabajo que también suma y que muy pocos podrían desempeñar, por su condición de compostelano, gallego y seguidor del equipo al que vio jugar cuando era un niño en el viejo pabellón de Sar.

Nadie le tiene que explicar dónde está Brión y lo que supone para el baloncesto de Santiago que un club de reciente creación tenga ya en su cantera a unos 180 jóvenes practicando el deporte de la canasta. Luego está la predisposición a hacer un paréntesis en un domingo para compartir unos minutos con esos críos que, si tienen la oportunidad de ver algún partido del Obra en Sar, probablemente querrán repetir.

Muy pocos entrenadores podrían sacar a colación, en la presentación de la indumentaria diseñada para conmemorar el Día das Letras Galegas, que el Obradoiro trabaja día a día «a orillas del Sar». Yendo más atrás en el tiempo, muchos recuerdan aquella respuesta del Alquimista de Pontepedriña, haciendo un guiño al patrocinador con ocasión de la celebración de la Copa del Rey en A Coruña: «En este club somos más de cañas que de copas».

Moncho Fernández es el entrenador del Obra y al mismo tiempo uno de sus mejores valores a la hora de transmitir imagen. En estos once años suma más de 400 ruedas de prensa e incontables entrevistas. Ningún miembro de un club totaliza cada temporada mayor número de intervenciones ante la prensa que un entrenador. Por eso es tan importante qué dicen y cómo lo dicen. Porque la gracia de cada refrán es decirlo en el momento y el lugar en donde van. Y ahí el Alquimista también destaca como misionero del obradoirisimo.