De la cancha al ceviche y el pulpo anticuchero

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

Jugadores y cuadro técnico disfrutaron de una demostración gastronómica en el Centro Superior de Hostelería

21 abr 2021 . Actualizado a las 21:20 h.

Jugadores y cuadro técnico del Monbus Obradoiro comenzaron la jornada sobre la pista de Sar, en la vuelta del grupo a los entrenamientos tras la victoria ante el Gran Canaria. Y una vez completadas dos horas largas de sesión, el colectivo se trasladó al del Centro Superior de Hostelería de Galicia, para degustar un menú elaborado por los alumnos.

Después de recorrer las instalaciones de la escuela llegaron al gimnasio reconvertido en comedor y aula para la ocasión. Cada uno tenía su mesa con platos, copas, cubertería y una libreta con bolígrafo para tomar nota.

Y enseguida comenzó el denominado show cooking con la presentación del primer plato. Ofició uno de los estudiantes, que explicó en inglés los ingredientes y la manera de cocinar un ceviche con espuma de huancaína. Parecía una secuencia de Master Chef, por la escenografía, la indumentaria y la disposición de los comensales.

Después fue el turno para un tiradiño de lubina, con Pepe Pozas colaborando en los últimos toques y el emplatado. No entrañaba una gran dificultad, pero el capitán le echó arte y se llevo una gran ovación.

El tercer plato entró en una línea más tradicional: huevos descapotados. Pidieron cuatro voluntarios y Mike Daum, Kassius Robertson, Rafa García y Álvaro Muñoz se prestaron. No era una competición. Cada uno se encargó de una parte.

El pulpo anticuchero con chimichurri andino y un plato de esencias mexicanas dieron paso al postre. Y, como colofón, una tarta con forma y dibujo de pista de baloncesto, con el escudo del Obradoiro. Moncho Fernández y Álvaro Muñoz fueron los encargados del corte.

A Álvaro Muñoz el que más le gustó fue el tiradiño de lubina y, más aun que el menú, lo que definió como «un atisbo de normalidad», en referencia a que por una vez esta temporada pudieron compartir en grupo una comida al margen de las propias de los días de partido. Cada uno en su propia mesa, con separación, pero con la sensación de «empezar a ver algo».