Moncho Fernández: «¿Que hay que hacer mil rotaciones? A lo mejor sí, a lo mejor no»

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

Avisa de que el Bilbao tiene las ideas claras y maneja un gran repertorio táctico

29 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Monbus Obradoiro apura las horas previas al partido del sábado frente al Bilbao Basket entre el deseo enorme de reanudar la competición y las dudas respecto al estado físico de cada uno de los jugadores después de la larga cuarentena y los efectos que haya podido dejar el covid-19.

Las primeras palabras de Moncho Fernández en su primera intervención del año ante la prensa son indicativas: «Valoras lo que tienes cuando lo pierdes. Cuando lo recuperas, lo vuelves a poner en valor». Y esa alegría del regreso a las canchas después de ganarle la batalla al coronavirus será un plus para tratar de compensar las secuelas.

Son detalles que no se le escapan al Alquimista de Pontepedriña, quien apela al «sentido común»: «Nadie tiene que ser un héroe. Nadie tiene que hacer algo que no pueda hacer. Como hemos hablado tantas veces, de lo que se trata es de dar lo mejor de uno mismo. Y si hoy es tres, ya será cuatro mañana. Y el que pueda dar ocho que dé ocho. Y el que pueda dar nueve, nueve. Por eso somos un equipo. Será un partido que juegue el Obradoiro, no Pepito, Manolito y Luisito. Todos xuntos».

El técnico santiagués asume que «habrá problemas relacionados con este tiempo de inactividad y con el covid. Desde el punto de vista muscular, molestias, cansancio y demás, dolores en los tendones, que son fruto de haber sufrido esta enfermedad».

Posiblemente tendrá que repartir más los minutos y los esfuerzos, pero es algo que decidirá sobre la marcha en función de la respuesta de los jugadores: «No hay una norma que nos diga cómo va a reaccionar la gente. En otros equipos que también lo han sufrido el comportamiento es muy heterogéneo. Son tres semanas sin entrenar, aunque hay jugadores que sí han podido, como Beliauskas, como Steven o el propio Pepe con las limitaciones de la lesión. Vamos a ver cómo nos comportamos en la competición. Cada día que pase será un paso hacia delante».

La premisa es la de siempre: vaciarse sobre la cancha. Otra cosa es que si habitualmente cada jugador sabe cuánta gasolina lleva en su depósito, esta vez no hay indicador. Y Moncho Fernández lo acepta: «¿Que hay que hacer mil rotaciones? A lo mejor sí, a lo mejor no. Veremos. Cuando estamos en la pista nos olvidamos de que hemos estado veinte días en casa y hemos tenido covid. Es nuestra naturaleza».

El rival

Enfrente estará un Bilbao que tiene cuatro victorias en su casillero, una de ellas la que logró en Miribilla ante el Obradoiro. Llega tras despedirse de la Champions League en Turquía. Moncho Fernández recela: «Es un equipo que sabe muy bien a qué cosas jugar pero, a diferencia del año pasado, esta temporada le ha hecho mucho daño el mal de las lesiones en jugadores muy importantes que han permanecido mucho tiempo fuera. Han llegado otros y el rodaje del equipo no es tan bueno porque estás en reconstrucción. A pesar de esto, sigue siendo un conjunto con las señas de identidad que tenía: pelean siempre hasta el final, son muy aguerridos, con muchos trucos tanto en el aspecto ofensivo como defensivo, con muchas trampas tácticas. Nos va a exigir muchísimo».

Balvin es el gran referente estadístico de los vizcaínos, pero Moncho Fernández considera que el colectivo es la gran fuerza del Bilbao Basket.