Álvaro Muñoz: «Di tres PCR negativos y acabé contagiando a mi mujer y mi hijo»

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

El alero del Obradoiro advierte de lo difícil que es evitar la propagación y pide extremar precauciones

26 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El 27 de diciembre se confirmó el primer positivo en el Obradoiro y a partir de ahí las pruebas PCR siguieron detectando casos. El último fue Álvaro Muñoz, el 2 de enero. Hasta el pasado sábado no volvieron a coincidir jugadores y técnicos en pleno. El alero repasa su experiencia de estas semanas y su ejemplo es indicativo de lo imprevisible y traicionero que puede ser el covid-19.

-La primera es obligada. ¿Cómo se encuentra?

-Bien. La verdad es que hemos pasado unas semanas complicadillas. Los síntomas en el equipo fueron parecidos, sobre todo fiebre alta. En mi caso, estuve cuatro días bastante fastidiado, en cama, y poco a poco saliendo. Al tener que hacer la cuarentena, cuando ya desaparecieron los síntomas pude hacer bici y los ejercicios que me indicaba Rubén. Pero hubo cuatro días de notarme bastante mal. No fue necesario ir al hospital. Y antes de que pasara todo esto piensas que eres joven, que estás en forma, que estás un poco por encima. Y la realidad es otra. Hubo cuatro o cinco días complicados, pero ya estoy perfectamente.

-¿Lo vio venir?

-Mi caso es curioso. Fui el último positivo en ser detectado. Es bueno que la gente lo sepa, por cómo se ha dado. Salió el primer contagio, nos fuimos todos para casa, nos hicieron PCR y di negativo. Cinco compañeros ya dieron positivo. Nos la repitieron a los dos días, por si acaso, y volví a dar negativo. Me encontraba bien. El Sergas también me hizo una PCR y di negativo. En casa nos confiamos. Pensamos que muy mal se tenía que dar. En casa nos confiamos, y fue un error, porque al final mi mujer y mi hijo también lo cogieron. Di negativo en tres PCR y acabé contagiándolos. La noche del 2 empecé a notar fiebre y ahí me di cuenta. Me hicieron otra y ya di positivo. Otro dato. En la primera PCR salió mi compañero de habitación. Ahí no estamos con mascarilla. Y en mi caso aún tardó unos días en aparecer.

-Y lo que más duele es ver que también llega a la familia.

-Claro. Es verdad que no debimos confiarnos. Pero después de tres PCR, parecía que no me iba a tocar. El caso es que lo cogió mi hijo, que tiene ocho meses. Dicen que a los críos no les toca. Pues no es así. Se levantó un día con fiebre, le hicieron la prueba y dio positivo. Es el que ha estado más tiempo con síntomas, y lo pasas fatal. Mi mujer fue la última en cogerlo. No le dio tan fuerte, con más tos, pero no fiebre. Un par de días.

-¿Ha perdido los sentidos del olfato y el gusto?

-Yo no. Pero hay compañeros que sí. Y a mi mujer también le ha pasado. Lo lleva fatal, porque dice que es como cartón.

-¿Y peso?

-Pues solo un kilo.

-Pues parecía más.

-Eso es porque me he quitado la barba.

-¿Cómo se lo tomó el pequeño de la casa?

-Pues fue simpático, porque durante unos minutos se quedó mirando como si se preguntase qué había pasado.

-¿Hablaban entre ustedes durante la cuarentena?

-Mucho, para saber uno de los otros e intercambiar impresiones. Y ves similitudes y diferencias. Unos decían que tenían dolores de espalda, otros en las rodillas, la fiebre... Como decía, fueron días complicados para todos.

«Si infecto a alguien por no cumplir normas y se muere, tendría una responsabilidad»

No es fácil escarmentar en cabeza ajena, pero Álvaro Muñoz, después de superar el covid-19, tiene claro que no caben medias tintas.

-¿Qué piensa cuando ve a gente que no respeta las normas mínimas? ¿Qué les diría?

-Que por desinformación no es, porque hay una gran labor de concienciación. Supongo que, en el caso de los jóvenes, se creen que están por encima, que a ellos no les va a tocar. Y no son solo los jóvenes, aunque hablemos más de ellos. ¿Qué les diría? Que di negativo en tres PCR y en casa lo acabamos pasando los tres. Que si hubiera salido con PCR negativas, que si infecto a alguien por no cumplir las normas y se muere, tendría una responsabilidad. Ese es el mayor riesgo. Que piensen en ello, que este virus se propaga con mucha facilidad y no es fácil evitarlo.

-Y lo difícil que es pasar la cuarentena, con o sin infección.

-Sin duda, sobre todo si estás solo. Es el caso de Jake (Cohen). Su mujer no ha podido venir, acaban de tener una hija... Es duro. Pero en nuestro caso también somos unos privilegiados, en el día a día, porque podemos entrenar juntos y socializar en los viajes.

«La gente está muy metida y con muchas ganas»

No hay duda de que la larga cuarentena del covid-19 pasará factura al Monbus Obradoiro. Pero Álvaro Muñoz confía en que no sea tan costosa como pudiera parecer. Destaca que las sensaciones en los primeros días de la vuelta al trabajo son muy positivas.

-¿Están notando mucho el parón?

-En el punto físico nos vemos un nivel por debajo de lo que correspondería, pero mentalmente estamos muy frescos, con ganas.

-¿Cómo llegará el equipo al partido ante el Bilbao, el sábado? ¿Es una incógnita?

-Lo que es seguro es que llegaremos de la mejor manera posible. La situación es la que es. Tras estos primeros días de entreno se ve que la gente se cuidó en la cuarentena. No puede ser de otra manera. No hemos perdido tanto nivel físico.

-Más difícil es calibrar el ritmo de competición.

- Obviamente, esperemos que se note lo menos posible. La gente está muy metida y con muchas ganas. Eso tiene que ser un plus. En hambre, ganas y esfuerzo el nivel es muy alto.

-¿Cómo ve al Bilbao, un rival directo en la lucha por la permanencia?

-Los veo igual que a nosotros, que cada partido es casi una final. Van a venir con hambre, con el cuchillo entre los dientes. Han tenido algunos cambios en la plantilla. Esta arrancando la segunda vuelta y es pronto para hablar de finales, pero todos los partidos son muy importantes.

-Ese primer entrenamiento del sábado, otra vez todos juntos en el Multiusos de Sar, tuvo que ser especial.

-Sí, completamente. Todos teníamos muchas ganas de volver a encontrarnos con los compañeros. El primer día bromeaba con Pepe, porque llevaba un mes sin ver tanta gente junt