El Obra se encomienda a la alquimia

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

SANDRA ALONSO

Con Steven Enoch mermado por un esguince de tobillo y con las bajas de Daum y Birutis, Moncho Fernández se ve obligado a reformular el equipo en Vitoria

15 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Mike Daum, el jugador que más brilló en la pretemporada del Monbus Obradoiro, está de baja por un esguince de tobillo. Laurynas Birutis tampoco podrá jugar por el mismo motivo. Y Steven Enoch llega mermado al partido, igualmente por una torcedura de tobillo. Al menos pudo ejercitarse con sus compañeros en Sar antes de viajar a Vitoria y hoy podrá estar a las órdenes de Moncho Fernández. Cuestión distinta es saber en qué condiciones, ya que todavía nota dolor.

Así comparecerá el colectivo santiagués en el Fernando Buesa Arena para medir fuerzas con el vigente campeón de la Liga Endesa, un Baskonia que llega a la cita con todo su arsenal disponible. El encuentro está fijado para las 12.30 horas (Movistar TV, MD).

El Obra sabe que se enfrenta a uno de los rivales más rocosos de la ACB, un conjunto que no tiene marcha atrás. Si puede, corre al contragolpe o en transiciones rápidas. Es el que firma mejor promedio de recuperaciones, más de diez por encuentro, que suele rentabilizar con canastas fáciles. Es el tercero en tiros libres lanzados, 16,40 de media, con un porcentaje de acierto del 80 %. También es tercero en número de mates, y quinto en rebotes ofensivos. Y todo ello lo envuelve en una defensa asfixiante.

El Obradoiro ya sabe lo que es jugar sin Mike Daum, porque solo ha podido contar con él a pleno rendimiento en las tres primeras jornadas. En Bilbao se lesionó antes de alcanzar el minuto dos. Y en Gran Canaria no llegó a seis minutos, el día que reaparecía. Se dañó el otro tobillo.

Está por ver la respuesta del equipo sin Birutis, que es el segundo jugador más valorado de la Liga Endesa, casi a la par que Shermadini. Solo tuvo hasta la fecha un día flojo, en Bilbao, el único en el que el Obradoiro fue claramente inferior a su oponente. Y se ha convertido en piedra angular del juego de ataque, en la búsqueda del equilibrio interior-exterior.

En su primera visita a Sar, en el 2010, Ivanovic, también entonces al frente del Baskonia, llegó muy lastrado por las bajas. Y sacó el partido adelante. «Con los jugadores que tenía (ocho) había que ganar», comentó a la conclusión.

Sin excusas

En aquella ocasión las ausencias equilibraron el duelo. Ahora, la diferencia de potencial y de presupuesto entre los dos equipos se acentúa con las bajas en las filas compostelanas. Pero Moncho Fernández tampoco es entrenador de excusas: «Las soluciones hay que buscarlas dentro», comentó.

No lo tendrá fácil. Muy probablemente, las opciones en ataque pasarán por el acierto en la larga distancia. Ya anticipó que algunos de sus discípulos tendrán que reprogramarse, sobre todo en tareas defensivas. Previsiblemente, el Baskonia tratará de aprovechar su superioridad en kilos y centímetro con Fall (2,21 metros), Jekiri (2,12) y Diop (2,10). Y el Obra tirará de la alquimia.