El Monbus Obradoiro recibió anoche a uno de los equipos más académicos de la Liga Endesa. Ponsarnau apuesta por ritmos muy bajos y casi siempre logra mantener esa variable en una horquilla muy estrecha a lo largo de la temporada.
Se nota que sus equipos intentan controlar muy estrictamente los parámetros que determinan las victorias, pero llegaron a Santiago teniendo problemas serios en algunas facetas del juego muy sensibles, como la tasa de posesiones perdidas y la capacidad de rebote ofensivo. Esto último a pesar de contar con Tobey, top cinco en las últimas temporadas en este apartado estadístico.
El partido se jugó a 69 posesiones, territorio perfecto para los valencianos. En este contexto desfavorable el Obradoiro logró reducir la producción ofensiva visitante limitando la enorme capacidad de producción de la tripleta Dubljevic, Kalinic y Tobey, sin duda los jugadores con mejor balance de anotación por cada posesión consumida, pero no se manejó tan bien en el rebote defensivo.
De segundas opciones se llevaron los visitantes 14 puntos, demasiados en un partido ganado con 77, y precisamente un palmeo de Dubljevic sentenció un encuentro al que solo se faltó una décima de segundo más.