El Obra espera a un Estudiantes bravo

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

SANDRA ALONSO

Moncho Fernández prevé que será determinante igualar el nivel físico del conjunto madrileño

27 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Monbus Obradoiro despedirá el año este sábado a las 18 horas en Sar frente al Estudiantes, una semana después de la agónica victoria conseguida en el mismo escenario frente al Fuenlabrada. Moncho Fernández espera un partido de otro corte porque «son equipos absolutamente diferentes, con estilos de juego diferentes, y con características propias diferentes». Prevé que el cuidado de las pérdidas de balón y la atención al balance defensivo serán determinantes en el devenir de la contienda.

Sobre el papel, el juego estudiantil es de los que más problemas crean al Obradoiro esta temporada, ya que es un plantel que apuesta por un baloncesto muy vertical, de muchas acciones de uno contra uno.

Pívots con buena mano

No obstante, Moncho Fernández apunta que es un colectivo que también sabe buscar el perímetro, con un peligro añadido de los pívots: «Sus jugadores interiores, como Kadji, Palacios o Dukan son muy buenos tiradores, gente capaz de anotar desde la larga distancia sin ningún problema». Y acaban de incorporar a Avramovic, «que también les va a dar rango de tiro en la posición de dos». En su estreno, el domingo ante el Murcia, ya jugó más de veinte minutos y fue el que asumió un mayor número de lanzamientos.

El Obradoiro se prepara para recibir a un rival con mucho músculo y mucha velocidad en su baloncesto, un equipo que exigirá máxima concentración y determinación en todas la batallas que tienen que ver con el apartado físico.

Así lo advierte Moncho Fernández, además de recordar que se trata del equipo, junto con el Barcelona, que más balones recupera. Siempre que puede trata de lanzar el contraataque. Una vez más, y con más motivo, el control de las pérdidas de balón será decisivo. Y esa es una asignatura en la que el colectivo santiagués no acaba de despuntar.

El entrenador reconoce que en los últimos partidos el Obradoiro incurre en algunas que son «inexplicables». Y añade: «En ocasiones nos ocurren circunstancias que son un poco regalos. Lo sabemos y ponemos todo lo que está de nuestro lado para que no ocurra. Pero tenemos dos o tres pérdidas por encuentro que son auténticos regalos. Y dos regalos en un partido significan mucho. Solo hay que ver nuestro resultados para saber el valor que tiene una canasta».

Ese frente será clave. Pero no el único. Insiste el Alquimista de Pontepedriña en que una de las primeras premisas debe ser «igualar la contienda física» en aspectos del juego como el rebote, la calidad en los bloqueos o el uno contra uno defensivo. Llega un adversario que busca las entradas a canasta bien para culminar o bien para generar ventajas a partir de esa situación, un equipo que carga mucho el juego en la pintura. Si el Obradoiro no es capaz de cerrar espacios en ese hábitat lo pasará mal ante el colectivo de Aleksandar Dzikic.