El Obra presta atención a tres averías

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

El control del rebote, las pérdidas de balón y los tiros libres son los tres grandes caballos de batalla

07 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Monbus Obradoiro tiene claramente detectadas sus heridas, con tres trayectorias a las que presta especial atención semana a semana en los entrenamientos. Visa y revisa cada partido disputado para diseccionar las estadísticas e interpretarlas dentro de su contexto. No son lo mismo tres pérdidas de balón por agotar el tiempo de posesión para el saque, porque el rival está obligado a atacar contra una defensa organizada, que tres balones entregados al adversario por una mala ejecución de un pase que se acaban convirtiendo en una bandeja. El daño está más en la penalización que en las circunstancias del juego que los propician. Y lo habitual es que a mayor número de concesiones mayor sea también el volumen de puntos encajados.

Una de las grietas, sobre la que más se está hablando, es la de los rebotes que se le escapan al equipo debajo de su aro. Tomando como referencia el partido de Valencia, Maxime de Zeeuw comentaba esta misma semana que cuando un rival de nivel Euroliga coge quince rechaces en ataque es muy difícil.

Moncho Fernández se pronunciaba en la misma línea, poniendo el acento en lo que costaron «las segundas opciones. Casi 20 puntos es demasiado lastre».

Los cuatro partidos ganados hasta la fecha coinciden con los cuatro en los que el Obradoiro controló mejor el rebote debajo de su aro: El Bilbao cogió 12 rechaces, pero en 50 minutos; el Murcia, 10 en 45 minutos; el Manresa se quedó en seis y el Andorra en diez. En los siete encuentros que acabaron en derrota, los adversarios se hicieron con entre doce y veinte rechaces ofensivos.

Nacho Martín apuntaba esta misma semana en una entrevista en el canal de televisión del Betis que las tres victorias verdiblancas esta campaña se corresponden con los tres encuentros en los que el equipo capturó más rebotes que su oponente.

La segunda de las averías apunta a las pérdidas de balón. Los cuatro triunfos remiten a los cuatro partidos en los que el Monbus Obradoiro fue mejor en ese flanco: 8 contra 18 ante el Bilbao, 5 contra 12 en Murcia, 10 contra 17 en Manresa y 11 frente a 13 ante el Andorra. En las siete derrotas el colectivo de Moncho Fernández incurrió en más pérdidas de balón que el rival.

El tercer frente es el de los tiros libres, el más indescifrable en una doble dirección, la del acierto y la de la desproporción en el número de veces que los dos contendientes se van a la línea de 4,60.

El Obra ha alternado días casi perfectos, como sucedió ante el Bilbao, cuando convirtió 28 de 30 lanzamientos desde la línea de personal, o la pasada jornada, con 13 de 14. Ante el Baskonia, en cambio, se quedó en 5 de 10 y contra el Real Madrid en 8 de 15.

Solo tres veces dispuso de más tiros que su contrincante: 20 frente a 15 en Murcia, 21 contra 12 en Zaragoza y 27 por 25 del Joventut en Badalona. Y de esas tres contiendas ganó una.

En Sar todavía no se ha dado un solo partido en el que el Obradoiro sacase ventaja en los tiros libres. Solo hubo equilibrio ante el Bilbao, con treinta por cada lado. El Barcelona tuvo 35, por 14 los locales; en la visita del Real Madrid fueron 19 y 15; en la del Baskonia, 23 y 10; y en la del Andorra, 15 y 6.

Moncho Fernández no suele hablar de los arbitrajes. En lo demás, y a tenor de la reflexión con la que acabó la rueda de prensa previa al partido ante el Betis, tiene claras las variables que pueden conducir a la victoria: «Mejorar el rebote defensivo, reducir pérdidas y saber explotar nuestras virtudes».