El Obradoiro abraza la defensa

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

xoan a. soler

Los jugadores resaltan la mejoría en el trabajo de contención y su incidencia en el ataque

26 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Al paso por el ecuador del primer cuarto del partido ante el Andorra, el Monbus Obradoiro había encajado quince puntos. La media era de tres por minuto y la proyección al final del encuentro se iba a los 120. En los restantes 35 minutos recibió 58 puntos. La media bajó a casi la mitad, de tres a 1,65. Llegó la anhelada mejoría en el rendimiento defensivo y así lo constataron los propios protagonistas.

Earl Calloway dominó la contienda. Detrás de un aparente aire de predicador emergió el base que se hizo con las riendas. En su opinión, «fue el mejor partido de la temporada, todo el equipo jugó con mucha fuerza. Cada posesión es muy importante y conseguimos tener una oportunidad para ganar. Cada día estamos mejor, con más intensidad». A nivel personal, desde el punto de vista físico, por fin pudo disfrutar de un encuentro sin molestias. Y no pasó por alto la conexión con la afición: «Increíble. Me encanta».

Álvaro Muñoz, antes de poner el foco en la defensa, habló de la mentalidad y la capacidad de superación: «Andorra es un gran equipo, con gente con muchísima calidad, sobre todo en el uno contra uno. No nos hemos rendido, aun cuando no nos salían las cosas bien, y sacamos adelante un partido muy complicado, de mucho mérito, gracias al empeño de todo el equipo».

El alero no pasó por alto la relación entre el trabajo de contención y el de elaboración: «Una buena defensa nos da, sobre todo, opciones de correr, y nos sentimos bastante más cómodos en esas transiciones. Podemos conseguir tiros más cómodos, mover un poco más la bola. Al final, cuando encajamos muchos puntos en contraataque es complicado. Pero ahí también influye nuestro ataque. Cuando atacas bien, el rival no puede correr tanto y tiene menos opciones».

Tiene claro que el Obra entendió la necesidad de cambiar tras un mal comienzo: «Al final, ellos son jugadores con mucha calidad en el uno contra uno y estaban haciendo daño. Subimos un poco las líneas y la intensidad en defensa al final del partido. Creo que ha sido la clave».

Fletcher Magee es, probablemente, el jugador de la plantilla con una vocación ofensiva más clara. Eso no le impide tomar nota del trabajo de contención: «Durante las últimas semanas estábamos insistiendo mucho en mejorar la defensa y eso nos ha permitido evitar puntos del rival y nos ha dado confianza en ataque».

A Czerapowicz le cupo la gloria de la última canasta y se mostraba «agradecido» por la confianza «del equipo» para que se jugase ese tiro. Atribuyó la victoria «al trabajo de todo el grupo» y no a la acción puntual más celebrada por la grada. Una grada para la que solo tenía elogios: «La gente nos dio la energía necesaria para defender con fuerza y conseguir un gran triunfo».

El internacional sueco subraya que el Obradoiro supo reaccionar a tiempo y escribió la historia al revés que en otros partidos: «Empezamos mal y acabamos bien. Fue importante la segunda unidad que entró en juego muy concentrada, aportando mucha energía. Eso nos permitió volver al partido. Al principio tuvimos alguna mala defensa y alguna pérdida que nos costaron puntos al contraataque. En la segunda mitad endurecimos nuestra defensa y conseguimos buenos tiros».

Resistencia y sufrimiento

El otro internacional sueco de la plantilla, Nick Spires, subrayó la capacidad de resistencia: «Ha sido una gran victoria, con sensaciones únicas para todo el equipo. Hemos sufrido muchísimo, hemos trabajado muy duro estas dos semanas para llegar a este punto y poder competir en este tipo de partidos. Se nota».

E incidió en el esfuerzo y la entrega como factores determinantes: «Sobre todo, sabíamos que había que salir con esta energía. Era la clave para este partido. Nos enfrentamos a un rival con mucho físico y mucho talento. Pero si juegas como un equipo y sufres como un equipo se puede ganar».