El alero se gana a la afición con su implicación y sus sobresalientes actuaciones en defensa
31 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.En el vestuario ya tiene un parecido razonable. Lo comparan con el cantante de M Clan y suena con frecuencia el estribillo de la canción más conocida del grupo de rock, «He visto una luz». Para la afición, es un nuevo soldado alistado en el Obradoiro, un jugador que se ajusta a ese perfil currante y honesto que tanto gusta en Sar. Gestos como el del otro día en Murcia, cuando se tuvo que retirar momentáneamente tras torcerse un tobillo y enseguida pidió volver, son de los que no pasan inadvertidos a la hinchada. Álvaro Muñoz se toma con buen humor su nuevo apelativo y se confiesa encantado en sus primeras semanas en el club.
El alero se define como «un jugador intenso que trata de darlo todo en la pista. Hay días que salen mejor las cosas, otros no. Pero la intensidad y el carácter siempre están ahí. De lo que se trata es de hacer lo que sea necesario para ganar partidos. Queda mucho por delante y la ilusión es máxima».
Se está significando por sus defensas sobre rivales con muchos puntos en la mano, como Jaycee Carroll en el Real Madrid o Askia Booker en el Murcia. Traslada el mérito al colectivo: «Un jugador solo no para a otro jugador. Es un tema táctico. Si mis compañeros no me hubiesen ayudado con Carroll cuando salía de los bloqueos, no sería lo mismo. Hay que darle mucho valor a la táctica del cuerpo técnico y a los compañeros. La defensa es cosa de los cinco».
En el horizonte aparece otro nombre propio con el que, previsiblemente, se cruzará en defensa, el de Prepelic. Ya le tiene cogida la matrícula: «Es muy completo, tiene mucha confianza y está lanzando muchos tiros. Está tomando este año para reivindicarse como anotador excelso. Es otro desafío bonito. Intentaremos pararlo como equipo».
Más allá de los resultados, Álvaro Muñoz subraya la evolución del Obradoiro en estas primeras seis jornadas de la Liga Endesa: «La mentalidad desde el primer día es tratar de mejorar día a día. Esta es una competición muy larga y muy reñida. Hay que evolucionar pasito a pasito. Las victorias dan confianza, porque si trabajas y no se ve recompensado ese esfuerzo puedes perderla. Es importante que vayan llegando los resultados. Pero la actitud en el día a día es muy buena. Estamos trabajando bien».
Y las victorias cobran doble valor porque la competición está más igualada que nunca. Las dos del Obra llegaron en el tiempo suplementario. El alero ya esperaba un curso así de duro: «Hay mucho equilibrio. Jugar fuera de casa es muy complicado. En nuestra cancha hemos estado muy serios. Debemos sentirnos cómodos y con confianza en los finales igualados porque es posible que se den varios más».
Tiene claro cuál es el perfil del Joventut, el rival del próximo domingo a las 12.30 en el Olímpic de Badalona: «Es un equipo muy joven, con mucha calidad, muy compacto. Tienen también veteranos como Harangody y Zisis que controlan muy bien el ritmo. Es otro equipazo, como lo son todos en esta ACB».
Progresión de los novatos
Desde dentro también constata la buena línea que están siguiendo los debutantes en el baloncesto profesional Magee y Daum: «Son dos chavales que trabajan muy bien. Intentan estar muy atentos, tienen muy buena predisposición. Lo de Fletcher ya se vio contra el Bilbao y en Murcia. Su capacidad de anotación es espectacular. Y Mike nos está dando mucho tanto en rebote como en intensidad, y también con sus tiros».
En su trayectoria nunca se había cruzado con un jugador tan singular como Fletcher Magee, por la manera de tirar. Pero sí recuerda otros nombres propios que entraban en combustión con facilidad: «Kirk Penney era bastante parecido en cuanto a anotar triplazos. Ryan Toolson también cogía unas rachas increíbles. Pero los tiros tan desequilibrados de Magee son muy característicos. Cuando está enchufado es una gozada verlo».