Nick Spires: «Intento no hacerme el sueco»

ANDAR MIUDIÑO

El pívot cambió un rol protagonista en el Sodertalje por la aventura del Obra y echa raíces en Sar

07 sep 2019 . Actualizado a las 21:11 h.

Llegó al Monbus Obradoiro a finales del 2017, se adaptó en tiempo récord y parece que lleve media vida en Sar.

-Inglés de nacimiento, criado en Suecia y casi español ¿Así es Nick Spires?

-A veces digo que soy un tercio de cada. Este es mi séptimo año en España. Ya son más que en Inglaterra.

-Solo Pozas y David Navarro llevan más tiempo en el Obradoiro. Ya es casi gallego también.

-La verdad es que sí. Todo ha sido muy rápido estas dos temporadas, pero muy divertido. Estoy muy contento de seguir al menos un año más en este club. Es un club diferente.

-Cuando lo llamó el Obra por vez primera, ¿qué sabía del club?

-Sabía que era un club de ACB. Pregunté a gente que había estado aquí y todos hablaban bien del Obra. También recuerdo la primera vez que hablé con Moncho. Me pareció muy sincero, y muy justo. Me dijo que no podía prometerme muchos minutos, pero que trabajando bien llegarían. Dijo la verdad desde el principio. Prefiero así a entrenadores que dicen cosas y no cumplen.

-¿Y qué dice ahora del Obradoiro, después del tiempo que lleva aquí?

-Es un club en el que siempre hay alguien cerca dispuesto a ayudar, no solo en la pista. Te cuidan muy bien. Es como una familia. No sé cómo lo hacen, pero cuando vienen nuevos jugadores siempre son buena gente. No he encontrado ninguno que no me cayese bien.

-¿De los equipos en que ha jugado, este es el que más se pasa el balón, el que más lo mueve hasta encontrar la jugada?

-Sí, es una parte del sistema. Es difícil aprenderlo, tardas un poco, pero al final, cuando sale y sale bien, es muy bonito de ver. Todos participan. Es como leer y reaccionar. Es divertido. No solo es un bloqueo aquí y después atacar. Es más complejo.

-Todo el mundo quiere ganar pero, ¿diría que la afición del Obra es capaz de disfrutar el baloncesto más allá del resultado?

-Nunca he jugado para una afición como esta, que sabe de baloncesto y siempre te apoya, aunque las cosas vayan mal. Solo te piden entrega. Es como tener un jugador más en la pista, dando energía positiva.

-¿El Barça va a ser el gran favorito?

-Parece que sí, pero en ACB nunca se sabe porque no hay que olvidar que cualquiera puede ganar a cualquiera.

-¿Qué recuerda de su etapa en el Barça?

-El primer año fue duro. Era la primera vez fuera de casa, con 16 años, sin tus padres. Estuve casi todo el año lesionado. Me cuidaron muy bien, me ayudaron mucho y aprendí lo que debe ser un jugador profesional. Aprendí muchísimo, no solo en básquet. Y ganamos dos campeonatos de España júnior. Además, coincidir con Ludde Hakanson (actualmente base del Estudiantes) y Markus Eriksson (jugará la próxima temporada en el Alba Berlín de Aíto García Reneses) estuvo muy bien. Somos amigos, casi hermanos.

-Y ahora en Santiago con Czerapowicz, otro gran amigo.

-Sí, es un gran amigo. Ganamos la liga sueca. Estoy muy contento de que haya venido. Y sé que puede aportar muchísimo.

-Cambio de tercio. ¿Suecia sigue siendo el paradigma del estado de bienestar?

-Estoy muy orgulloso de ser sueco. Te educan para ser respetuoso y tolerante, y cuidar la naturaleza. Entendemos que la democracia es muy importante, que el poder está en la gente, no en los políticos. Echaron a una política por comprar una barra de chocolate con la tarjeta del gobierno. El país se volvió loco porque la gente acepta que hay que pagar impuestos, pero para que vayan a algo bueno.

-¿Parecido a España, verdad?

-Yo no voy a contestar a esta pregunta.

-Hablaba de la naturaleza. ¿Le preocupa todo lo que está pasando con el medio ambiente?

-Es de las cosas que más me angustia al pensar en el futuro.

-Decía Galeano que si la naturaleza fuera un banco ya la hubiesen salvado.

-Influyen muchos aspectos. La gente de a pie podemos hacer muchas pequeñas cosas para cambiar. Tenemos rutinas y costumbres que quizás haya que variar poco a poco para hacer un gran cambio. Este verano hablé con una persona que hace márketing para grandes empresas y me decía que cada vez la gente tiene más en cuenta a las empresas que se preocupan por el medio ambiente y el cambio climático. Todo empieza en cada uno.

-¿Conoce la expresión hacerse el sueco?

-Sí.

-¿La practica?

-Intento que no, porque sé que es algo no muy positivo. A veces pasa. Confieso que con algunas preguntas de esta entrevista me hice un poco el sueco.

EN CORTO

Entre los compañeros, Nick Spires tiene fama de coqueto y de conquistador.

-Me dicen que le pregunte si se considera el más guapo del vestuario.

-(Risas) Me gustaría pensarlo, pero ahora viene otro sueco, no sé qué decir a esto.

-¿Dónde tiene más éxito, en Suecia o en España?

-Me gustan los dos lados.

-¿Le gusta la música de los 80 y los 90?

-Sí, es verdad.

-¿ABBA?

-No, ABBA no. Mi padre escuchaba muchos vinilos. Barry White, Jackson Five, Rod Stewart, etcétera. Sigo escuchándolos y pensando que es la mejor época de la música. Si pones September en una discoteca, de Earth, Wind&Fire, sales a bailar sí o sí.

-¿Vino o cerveza?

-Cerveza

-¿Una comida?

-Me gusta la asiática.

-¿Una afición?

-La del Obra.

-Me refería a un hobby

-Ah, tocar la guitarra.

-¿Me cuenta la historia de la Eu Roliga?

-¿Cómo sabe esto? Todo viene de los problemas para meter tiros libres en los entrenamientos. Era algo mental. Moncho me dijo que teníamos que encontrar una palabra que me hiciese reír y pensar en otra cosa. Un día me pidió que subiera a las oficinas y tenía una camiseta que ponía Eu, que es yo en gallego, y Roliga, que significa divertido en sueco. Me la dio y me dijo que pensase en ello al lanzar, que me liberase.

-¿Mejoró?

-Pues la verdad es que me ayudó muchísimo.