Un Obradoiro más versátil y rocoso

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

Las múltiples combinaciones entre pívots serán una de las señas de identidad del nuevo proyecto

25 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Moncho Fernández espera poder trabajar ya esta semana con todos los jugadores de la primera plantilla, en cuanto Mike Daum obtenga el visado y viaje a Compostela. El americano fue el último fichaje de una plantilla en la que siguen seis jugadores y llegan otros seis. Pero la configuración del equipo, una vez ensambladas todas las piezas, invita a pensar en un Monbus Obradoiro que conserva su apuesta por el tiro de tres pero que intentará ser más consistente y que invita a pensar en una mayor versatilidad.

A falta de que empiecen los amistosos y se vea como va cuajando el equipo, todo apunta a que el Obradoiro ha dado un salto de calidad. No obstante, esa reflexión vale para el nivel general de la Liga Endesa.

casi fichajes

Pepe Pozas y Maxime de Zeeuw. No son fichajes, pero pueden darle un plus al equipo porque la pasada campaña les fue imposible rendir a su mejor nivel. Las lesiones no les dieron tregua. El base se perdió ocho partidos y el pívot doce. En el caso de Pozas, el golpe en un ojo que recibió en Badalona le obligó a estar casi un mes totalmente parado. De Zeeuw no llegó a disputar un solo partido en plenitud de condiciones. Sus problemas empezaron ya con un esguince de tobillo en pretemporada.

puestos clave

Calloway y Kravic, jugadores con jerarquía. Las posiciones más difíciles de cubrir, por específicas y porque hay menos oferta en el mercado, son las del uno y el cinco. El club ha apostado por dos jugadores con jerarquía para estas dos demarcaciones. Calloway ya conoce la Liga Endesa. Es un base muy completo, tal y como recordaba esta misma semana Diego Ocampo. Trabaja en defensa, puede buscar el uno contra uno hacia el aro y ha mejorado sustancialmente en el tiro de larga distancia. Kravic está llamado a compensar uno de los déficits de la pasada campaña, en la que el equipo echó en falta mayor poder de intimidación. Es una roca de 211 centímetros.

pintura

Más poder interior. La pasada temporada los dos jugadores de la plantilla que acumularon más minutos sobre la pista fueron dos pívots: Llovet y Brodziansky. Hlinason no terminó de dar el paso adelante, De Zeeuw acusó las lesiones y Spires siguió una línea ascendente. Con la llegada de Kravic y Daum, más la esperable recuperación del pívot belga, el Obradoiro cambia sustancialmente su configuración interior. Kravic puede mezclar con cualquiera de los otros cuatro compañeros. Y esto cuatro entre si. Daum, Brodziansky y De Zeeuw tienen poste bajo y también amenazan en la larga distancia. Spires siempre se ofrece en las continuaciones para jugar por encima del aro y no deja de trabajar el tiro de tres. Cabe esperar un equipo mucho menos previsible, capaz de interpretar distintas partituras a la hora de buscar el aro. Una de las cualidades del baloncesto cuántico de Moncho Fernández es saber leer las ventajas y esa versatilidad permitirá generar más complicaciones a la defensa rival.

DEBUTANTES

La incógnita de los universitarios. El rendimiento de Fletcher Magee y Mike Daum y su acoplamiento al equipo será determinante. Todos los años se oye aquello de que es su primera experiencia en el baloncesto profesional y en un entorno totalmente nuevo para ellos.

Puede servir como referencia una anécdota protagonizada por uno de los rookies de otra campaña, que acabó haciendo buenos números. En el mes de agosto preguntó si los partidos de pretemporada contaban para la Liga y si había que jugar alguno fuera de España.

Las referencias apuntan en la buena dirección. Uno es un tirador puro. El otro también tiene puntos en las manos. Los dos llegan precedidos por un acreditado afán de superación.

defensa

Más recursos para parapetarse. El Monbus Obradoiro de la pasada campaña fue el que más puntos encajó, una media de 83. En las tres últimas temporadas ha recibido más de 80 puntos de media por encuentro. Con anterioridad siempre se quedó por debajo de ese umbral.

La defensa siempre es un puerto seguro para refugiarse cuando el ataque no está fino. Y el equipo confeccionado para el nuevo curso tiene más físico y, a priori, más recursos para hacerse fuerte atrás. Entre ellos, la aportación de los treses, Chris Czerapowicz y Álvaro Muños, en el rebote.

El Obradoiro que jugó el play off ante el Real Madrid encajó una media de 73,7 puntos.