El Obradoiro tendrá seis jugadores nuevos para afrontar la temporada a partir del próximo mes de septiembre. El objetivo al configurar la plantilla es mejorar los puntos débiles del curso anterior e intentar adaptarse a las características hacia las que tiende el juego y que proporcionan unas mayores probabilidades de ganar partidos.
El baloncesto de los últimos años en competición ACB se viene desarrollando en un contexto en el que el lanzamiento triple es imprescindible.
Cada vez quedan menos jugadores que no sean capaces de anotar desde el 6,75 y el nivel de acierto considerado aceptable se eleva cada vez más. Un rendimiento inferior a 1,10 puntos por tiro en este tipo de lanzamiento ya supone un lastre para el jugador que lo acredite, independientemente de que sea interior o exterior.
Los equipos necesitan interiores que sean amenazas reales en la larga distancia, ya no se encuentran plantillas sin este tipo de jugadores, y el Obradoiro se mueve claramente en esa dirección con la presencia de Daum, De Zeeuw e incluso Czerapowicz. Además, se mantiene la enorme capacidad de anotación desde el triple en jugadores exteriores, a pesar de la salida de Simons.
La continuidad de Vasileiadis y las incorporaciones de Fletcher Magee y de Earl Calloway garantizan la capacidad de absorber un gran volumen de lanzamientos triples a un nivel de efectividad también muy elevado.
Aparte de la capacidad de anotación de tres de un equipo, el ataque se está imponiendo a la defensa para decidir partidos. El porcentaje de victorias a final de temporada se correlaciona mucho más con la capacidad ofensiva que con la capacidad defensiva de una plantilla.
La mejora del rendimiento ofensivo pasa por elevar el nivel de acierto y la capacidad de rebote. También se ha movido el Obradoiro en esa dirección. Kravic y Muñoz son jugadores que elevarán la presencia física del equipo.
Si a todo esto le unimos la continuidad de jugadores tan importantes como Pepe Pozas, David Navarro, Vladimir Brodziansky y Nick Spires nos queda una plantilla muy bien diseñada y adaptada a lo que va a exigir la competición. Solo queda hacerle caso a Moncho, pasar, ver y disfrutar de lo que nos ofrezca el Obra en los próximos meses.