Costa espera contagiar frescura, energía y positividad al Obradoiro

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

Apela al buen ambiente del vestuario para revertir la dinámica de resultados

08 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo de Lluís Costa en el Obradoiro es como los jóvenes que se matriculan para sacar el examen teórico del carné de conducir en tres días con un curso intensivo. Antes del debut, en Andorra, no tuvo ni dos. Y este jueves llega ya una nueva cita, en Sar, frente al Gran Canaria.

El base muestra agradecido a los compañeros, porque le están facilitando mucho la adaptación. Se encontró lo que le había anticipado su entrenador en el Betis, Curro Segura, que fue también el primer técnico del Obra en la ACB: «Es como una familia».

Pero hay una diferencia sustancial entre él y el resto de compañeros, porque de las ocho derrotas en nueve jornadas solo vivió en primera persona la última. La suya es otra perspectiva: «Desde fuera ves un equipo que está mejor de lo que se ve desde dentro. Otros se cambiarían por el Obra». Y esa familia que se ha encontrado en Santiago le invita a ser optimista: «Lo que he respirado en el vestuario es que lo vamos a conseguir».

De momento, se centra en adaptarse lo antes posible. En el baloncesto, en general, y en el de Moncho Fernández, en particular, el base es una pieza clave en el engranaje. Costa lo sabe: «Lo primero que me ha pedido es que me aprenda las jugadas. Es mucha información, un sistema diferente al que juegan la mayoría de equipos. Esto también es positivo porque a la hora de hacer el scouting es más complicado para los rivales. Pero es mucho más complejo. Me está intentando ayudar muchísimo en tema de jugadas. No me está metiendo demasiadas cosas más. Es tiempo de mucha información, de estudiar en casa, y supongo que piensa que bastante tengo con esto. Poco a poco me va pidiendo cositas de dirigir al equipo, de colocar a los compañeros».

El Obradoiro no lo coge de nuevo, porque es un equipo al que sigue: «Lo había visto bastante. Tener excompañeros aquí es un reclamo para verlo. Los veía muy bien. Es cierto que ahora hay una mala racha, pero los veía totalmente salvados. Ahora la cosa se ha complicado un poco más, pero hay un gran equipo. Desde fuera alucinaba con los jugadorazos que tienen. Tenemos que ser optimistas. Conseguiremos las cosas».

Fácil adaptación

Las caras conocidas están allanando ese proceso de integración: «A Albert lo conocí en Burgos. Tuve la suerte de jugar con él. A David Navarro lo conocí en su boda, la de Albert. A Nacho lo conocía de las categoría inferiores. Tiene un par de años más, creo. Esto me ha ayudado muchísimo. Llegas aquí, eres nuevo, no conoces a nadie y es bueno tener a tres que te pueden explicar un poco como funciona todo».

Lluís Costa tiene ganas de reencontrarse con la atmósfera de Sar: «Cuando estuve en Manresa, de las visitas que hicimos esta fue una de las más especiales, junto, quizás, la del Palau y la de Miribilla. Jugar aquí siempre es especial. Tengo muchísimas ganas de vivir el ambiente como local».

El base espera contagiar aire nuevo: «Sobre todo al principio, aportar un poco de frescura, porque el equipo está en una mala dinámica y la gente desde dentro lo ve peor de lo que está. Hay que intentar trasladar optimismo porque desde fuera lo veo mejor. Lo que voy a tratar de hacer en la pista es dar el máximo, defender al doscientos por cien e intentar transmitir energía y positividad».