Choque de trenes en el Nou Congost

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

Los técnicos del Obradoiro y el Manresa resaltan el buen momento de forma y el juego del rival

09 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En la primera vuelta, el Monbus Obradoiro hizo 90 puntos frente al Manresa. Pero no le bastaron para ganar, porque encajó 97. Esta tarde, a partir de las 20.30 horas (Movistar TV, canal 55) le espera un rival en estado de gracia, que viene de endosarle en esa misma cancha al Estudiantes 101. El colectivo de Moncho Fernández sabe de primera mano que habrá momentos de buenas defensas que no bastarán para impedir que el conjunto catalán anote.

Con relación al encuentro de Sar, ya no están Renfroe ni Dragovic. Y en aquella ocasión fue baja Doellman. En su lugar han llegado Corey Fisher, Erik Murphy y Zubcic. Los tres han encajado en el equipo como si hubiesen empezado la temporada. El base promedia más de doce puntos y 4,6 asistencias. Murphy, un cuatro de 208 centímetros, lleva solo tres encuentros en los que totaliza nueve triples (seis ante el Estudiantes) con un porcentaje de acierto del 56 %. Y el pívot croata tanto puede abrirse para tirar de tres como jugar cerca del aro. El colectivo no solo no se ha resentido sino que ha añadido registros a su juego con los últimos en llegar.

Toolson y Lalanne

Lo que no ha cambiado a lo largo de la campaña es la aportación de dos de los principales referentes, Toolson, líder en anotación, y Lalanne, el que más rebotea y más intimida con sus tapones.

Y si Moncho Fernández, antes de emprender viaje, hablaba del Manresa como un equipo en estado óptimo de forma, Joan Peñarroya hizo lo propio sobre el Obradoiro, en la antesala del último entrenamiento de la semana, al resaltar que ha ganado cuatro de sus últimos cinco partidos.

Es uno más de los técnicos que pone de manifiesto que el conjunto santiagués «juega diferente, con muchas situaciones de bloqueos indirectos para los tiradores. A partir de ahí encuentra ventajas tanto para los tiradores como para los pívots».

A todo eso le añade que «Moncho Fernández siempre suele preparar pequeños detalles, pequeñas trampas que hacen pensar al equipo rival», que lo obligan a manejarse con «un plus de atención» que en otros partidos no es tan necesario.