David Navarro, el matador silencioso

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

Su aportación, sobre todo en el último cuarto, fue determinante en las dos últimas victorias

13 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

David Navarro no responde al perfil de jugador explosivo que en cualquier momento atrae los focos. Es más bien un diésel, un escolta que suma con discreción. En las dos últimas victorias del Monbus Obradoiro, sin embargo, su aportación fue determinante. Ante el Murcia clavó un triple que hizo mucho daño al ánimo pimentonero, y después añadió tres tiros libres sin fallo. En Valencia se adueñó claramente de los últimos minutos, con rebotes, canastas de diferente tipo y una gran defensa sobre Matt Thomas.

Lleva el número veinte en la camiseta como reconocimiento a uno de sus grandes referentes, Manu Ginóbili. Y en estas dos últimas citas lo emuló.

David Navarro reconoce que el partido ante el Valencia es uno de los mejores desde que fichase por el Obradoiro: «No solo por el último cuarto, sino porque valió para ganar en una pista tan complicada como es Valencia. A veces el baloncesto es un estado de ánimo. Me muevo mucho por eso. Y me vi con confianza».

Aunque el brillo de los últimos minutos es el que atrae todo el análisis, también acabó satisfecho con la primera parte: «No metí tanto, pero me veía bien en el partido, en defensa y dando buenos pases».

Estado de ánimo

Insiste en la incidencia del estado de ánimo: «Me gustaría estar todos los días en ese estado de gracia, pero somos personas. Cada día es distinto, cada rival también, influyen los partidos anteriores. Son muchos factores. Y a veces coinciden bien. Ya se me había dado bien el encuentro ante el Murcia. Luego, con el paso de los minutos te vas sintiendo bien y llegas al último cuarto con todo lo positivo».

A todo eso le sumó una gran defensa sobre Matt Thomas: «Intenté pararlo. Y en el equipo teníamos cosas preparadas para sus tiros en salidas».

Al echar la vista al frente, no quiere ir más allá del choque más inmediato. Es una filosofía muy interiorizada en todos los estamentos del Obradoiro: «Aunque ahora llega el parón, todos sabemos el partido que viene después. Ahora lo que toca es aprovechar el descanso para recuperarnos y seguir como siempre, pensando en el día a día».

El equipo llegará al derbi después de haber mejorado de manera muy significativa en una de las facetas que le estaban costando más caras, la de las pérdidas de balón. Encadena cuatro jornadas por debajo de diez. En Valencia fueron solo tres. Con anterioridad había firmado ocho partidos con quince o más.

David Navarro, al analizar estos datos y la evolución del equipo, reconoce que «es un poco extraño». Y se explica: «No es normal ni una cosa ni la otra. Lo del otro día en Valencia, con solo tres pérdidas, es la leche. Es verdad que habíamos insistido mucho sobre este aspecto, muy importante para nuestro juego, para tener más orden y recibir menos contraataques. Ha sido una de las claves en los últimos resultados, no sé si porque nos concienciamos mejor o porque los conceptos están más claros».

Lo que tiene claro es que faltan todavía catorce jornadas que prometen emoción y pelea en todos los frentes. Y pone como ejemplo el partido del domingo en Lugo, entre el Breogán y el Murcia: «Todavía queda mucho, pero ya parecía una final».

Le sorprende ver en la pelea por salir de abajo a equipos y presupuestos como los del propio Murcia o el Gran Canaria: «Llama más la atención lo del Granca, que está jugando Euroliga. Parecía que estaba encontrando su ritmo, pero la derrota ante el Gipuzkoa es dura y les está costando. Participar en dos competiciones a la vez es muy difícil. Y la ACB es muy dura, se puede perder con cualquiera».

En la Copa del Rey da como favorito al Barcelona.