El Baskonia lidera casi todos los apartados estadísticos defensivos. Encaja menos de un punto por tiro, tanto en lanzamientos de 2 como en los de 3, y es el equipo que provoca una tasa mayor de posesiones perdidas en el rival. Entre sus puntos débiles hay cierta debilidad en el rebote ofensivo y la limitación en las rotaciones durante enero, en el que hasta 8 jugadores acumulan más de 25 minutos por encuentro, un punto crítico a la hora de decidir el ritmo de juego.
Las claves por parte compostelana eran muy claras. Con el nivel de rendimiento ofensivo alcanzado por el equipo, limitar el porcentaje de posesiones perdidas era un factor fundamental ante rivales como Baskonia, expertos en exprimir estos regalos (el partido de Sar se resolvió gracias a esos 19 puntos tras pérdida de los visitantes). Por lo tanto, era necesario seguir con la tendencia mostrada ante Unicaja (menos del 10 % de posesiones finalizadas en pérdida). Otro detalle importante se situaba en el lanzamiento de 2 de los vitorianos, la mayor eficiencia de la liga en este tipo de tiros, con prácticamente todos los jugadores moviéndose en rendimientos por encima de 1,10 puntos por tiro y con un consumo de lanzamientos de 2 muy superior al de lanzamientos de 3.
El Obra estuvo bien en casi todos los aspectos que han impedido sumar más victorias esta temporada. Volvió a controlar las posesiones perdidas y el rebote, sobre todo el defensivo. De sus 25 canastas, 21 fueron lanzamientos asistidos, y hubiera sido un rendimiento todavía más escandaloso de haber estado un poquito más acertado desde el triple. Varios tiros bien buscados no quisieron entrar. Incluso desde el tiro libre se rindió por debajo del 60 % (el Obra es el mejor equipo de la liga desde la personal) para acabar concediendo un partido en el que se mereció llegar con más opciones al final.