El Obradoiro gana a Andorra al límite de la taquicardia

ANDAR MIUDIÑO

Paco Rodríguez

Sufrió para doblegar al Morabanc Andorra tras ir ganando de 17

06 ene 2019 . Actualizado a las 20:40 h.

Como suele ser norma cada vez que el Andorra visita Sar, hubo emoción hasta el último segundo. Literalmente. Y la afición feliz con la victoria pero, una vez celebrada, dejando soltar un «¡era para matalos», porque los jugadores del Obradoiro parecieron empeñarse en desatar el triunfo. Con 69-66 concedió un tiro de dos muy forzado de Albicy. Pero lo peor es que no cerró el rebote y Stevic anotó canasta con el premio de un tiro adicional. Lo marró, y en el ansia por coger la captura a los jugadores del Obra se les fue el balón, con siete décimas. Tras el saque de banda, Jordan tiró fuera de tiempo y Sar estalló de júbilo.

Cabía esperar un partido entre dos equipos de distinto corte, uno que apuesta por un baloncesto y el otro que se decanta por un juego más energético. No quiere decir que a unos les falte músculo y a los otros cabeza. Pero al Obradoiro le gusta más masticar los ataques y el Andorra prefiere jugar a bocados.

Después de cinco minutos plagados de imprecisiones en los dos lados, con errores en el tiro y pocas concesiones en el rebote ofensivo en los dos lados, el colectivo de Moncho Fernández, liderado por un Singler muy activo y listo en ataque, consiguió abrir una pequeña brecha de siete puntos. La fue logrando a base de picar piedra. Y vio con al Andorra le bastaban 38 segundos para casi enjugarla, con un triple de Rafa Luz, un tapón del debutante Jerome Jordan sobre Brodziansky y otro triple sobre la bocina, desde medio campo, de Colom.

Tocaba volver a empezar en el segundo cuarto. Y de nuevo el Obradoiro encontró su mejor argumento en la defensa. Sin consentir tiros cómodos, trabajando bien el rebote y con tres ataques seguidos que acabaron en triples, uno de Obst y dos de Simons, llevó el marcador a un 28-20.

El equipo santiagués no acusó los cambios. Agradeció la buena mano de Simons, los minutos de Obst, una buena dirección de Pepe Pozas y el trabajo de Hlinason y, sobre todo, De Zeeuw, en la pintura. Enfrente, Ibon Navarro multiplicó los cambios en todas las demarcaciones. Al descanso se llegó con un 38-27.

Del control de la primera parte se pasó a un tercer cuarto más alborotado y en ese mar navega mejor el Andorra. El Obra salvó un momento muy delicado, porque los visitantes salieron mucho más enchafados en ataque. Entre eso y un recital de cuatro faltas a los locales en menos de cuatro minutos, las cosas se empezaban a complicar.

El colectivo de Moncho Fernández reaccionó con aplomo y con garra. Maniató a los visitantes, anotó con fluidez y llegó a coger 17 puntos de renta. Pero se atascó. El Andorra reaccionó con un parcial 3-13 para cerrar el tercer cuarto con un inquietante 58-51. Y arrancó el último acto con viento de cola ante un rival al que se le notó la pelusilla. A Hlinason, bien atrás, le faltó contudencia en ataque, Obst regaló tres tiros libres, Brodziansky concedió un saque de banda al intentar salvar un balón que ya era para el Obra...

El partido entró en un tramo final de cara o cruz. Y salió cara para el Obradoiro, que se empeñó en lanzar la moneda al aire más de una vez.

Monbus Obradiro 69: Sabat (6), Vasileiadis (2), Singler (17), Llovet(12) y Brodziansky (3) -cinco inicial- Simons (14), Obst (5), De Zeeuw (8), Hlinason(2)

Morabanc Andorra 68: Albicy (4), Vitali (2), Walker (14), Shurna (11) y Diagne(-) -cinco inicial-. Jordan (12), Luz (7), Stevic (4), Colom (3), Upshaw (6), Ennis (5)