La Ley de Kostas tumba al Zaragoza

ANDAR MIUDIÑO

Daniel Marzo

La defensa y los diez triples del griego sustentaron una victoria histórica del Obradoiro

11 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Kostas Vasileiadis abanderó al Monbus Obradoiro que rompió el maleficio de Zaragoza con diez triples que suponen el recórd de un jugador del conjunto santiagués en la ACB. Fue clave para tomar las ventajas en el primer cuarto y abrir la brecha definitiva en el tercero. Al final, 78-86. Cayó la cuarta victoria del curso con mérito añadido por los problemas físicos que arrastra el equipo. El equipo santiagués desactivó a McCalleb y al rival, y por ahí llevó el mando.

El Monbus Obradoiro se sostuvo hasta el descanso sobre la base de una buena actividad defensiva y una tarde acertada en el triple, a pesar empezar mal en la larga distancia.

En el primer cuarto no dejó que el Zaragoza pudiese sacar brillo a su velocidad y su baloncesto vertical. Y cuando Kostas Vasileiadis cogió una de sus rachas, con cuatro triples, abrió una brecha que llegó hasta los nueve puntos y se quedó en seis a la conclusión de los diez minutos por un triple de Berhanemeskel.

Porfirio Fisac le dio la vuelta al cinco inicial sobre la marcha, viendo el atasco. No le tembló el pulso para sentar a McCalebb y dar cancha al jovencísimo Alocén. Y entre el base y el alero canadiense hilaron un arranque de segundo acto frenético que enseguida devolvió las tablas al marcador.

Desde ahí hasta el intermedio, el partido se movió en las distancias cortas. Si en el primer cuarto solo habían anotado Vasileiadis y Singler en las filas visitantes, en el segundo tomaron el relevo Simons y Brodziansky, con una aparición final de Sábat para clavar un triple.

En estos veinte minutos el Monbus Obradoiro tuvo el mérito enorme de sostenerse a pesar de la baja de Pepe Pozas y de que la aparición de Maxime de Zeeuw en pista sigue sin reportar réditos. Tampoco Hlinason estaba para muchos trotes. Y Navarro no estuvo fino en la dirección, por lo que Sàbat hubo de asumir más minutos. Al descanso, tablas, 39-39.

De vuelta de los vestuarios el partido se movió por el mismo cauce, pero de nuevo con un Kostas Vasileidis desatado. Sus puntos mataron al Zaragoza, pero fue la defensa colectiva la base sobre la descansó el baloncesto del colectivo de Moncho Fernández.

Porfirio Fisac no terminó de encontrar la tecla para hacerse con el ritmo de juego. Era una de las premisas que pedía en la previa y fue Sábat el que manejó el minutero y el que supo abastecer a sus compañeros.

Con eso y con la inspiración del alero griego el Monbus Obradoiro cerró el tercer cuarto con catorce puntos de renta. Abrió el último con otro triple de Kostas y mantuvo la renta en los diecisiete en los compases iniciales. Hasta que llegó uno de los habituales arreones del Zaragoza esta temporada. Con una defensa más pegajosa sobre Sábat, con más ayudas, consiguió hacer un cortocircuito en el ataque compostelano y fabricar un parcial 9-0 en un visto y no visto.

Moncho Fernández reaccionó. Sacó a pista a Navarro para ayudar en la subida de balón y a Singler para poner poso, en el que hasta la fecha ha sido, con diferencia, el mejor partido del alero americano.

El Zaragoza llegó a acercarse a seis. Pero no estuvo fino en la larga distancia. El Obradoiro, por contra, cerró bien el rebote, no tembló en la línea de personal y manejó bien los dos últimos minutos, en el umbral de los diez puntos de renta.

Zaragoza 78: McCalebb (4), Okoye (20), Seibutis (2), Justiz (11) y Radovic (2) -cinco inicial-. Nacho Martín (6), Barreiro (2), Berhanemeskel (14), Santana (7), Alocén (2), Fran Vázquez (6) y Marc Martín (2).

Obradoiro 86: Sàbat (4), Vasileiadis (33), Singler (21), Llovet (2) y Brodziansky (10) -cinco inicial-. Simons (14), Obst, De Zeeuw, Spires, Navarro (2) y Hlinason.

Parciales en cada cuarto: 15-21; 24-18; 15-29; y 24-18.

Árbitros: Carlos Peruga, Sergio Manuel y Jacobo Rial. Eliminado por personales Radovic.

Incidencias: Príncipe Felipe. Undécima jornada de la Liga Endesa, con más de siete millares de espectadores en las gradas.