Nacho Parajuá y Juan Carlos Fente, seguidores habituales en Sar y O Pazo, disertan sobre el primer derbi en la ACB
24 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Nacho Parajúa desembarcó en el Obradoiro a mediados de los noventa, cuando Pepe Martínez lo reclutó para jugar en sénior zonal. Y ya no se bajó del barco. También fue entrenador, técnico ayudante, delegado de campo, delegado de equipo y dirigente, y siempre seguidor.
Antes de que Nacho Parajuá naciese, Juan Carlos Fente ya acudía a los partidos del Breogán a principios de los setenta, de la mano de su padre. Durante el tiempo en que cursó la carrera en Santiago no pudo asistir a todas las contiendas de su equipo. Pero, salvo ese paréntesis, es raro que se pierda algún encuentro en la ciudad de las murallas.
Son dos aficionados con cicatrices, de los que vivieron la que Celso Emilio Ferreiro catalogaría como «a longa noite de pedra» de ambos clubes, casi veinte años de espera judicial en Compostela, doce cursos seguidos en la LEB en Lugo hasta lograr el regreso a la ACB. No era fácil pensar entonces que podría llegar el derbi en la Liga Endesa y ambos recuerdan esas épocas con afecto, como dos etapas más familiares.
«Jugamos en zonal y en autonómica, llegamos a la EBA, pero parecía impensable que le diesen al Obra una plaza en ACB. Nuestros derbis eran con el Estudiantes ?rememora Parajuá?. Pero José Ángel Docobo nunca lo veía perdido. Y un día, después de un entrenamiento, en 2003, nos dijo que había posibilidades. Aun hubo otro recurso, pero al final le dieron la razón al Obradoiro».
«A todos los que estuvieron en esa etapa, era para llevarlos a hombros por Sar», apostilla Fente. Y al volver sobre el Breogán y esos doce años en la LEB, asegura que siempre pensó que llegaría el ascenso, pese a dos momentos muy críticos: «En los años más duros, los de goteras y 1.500-2000 seguidores en el pabellón, creo que hubo un punto de inflexión cuando llegaron al club Julio González, Javier Gómez y Lisardo. Alberto Fernández también hizo mucho por el Breo. Y el actual consejo es el que al final ha logrado el ascenso. Con anterioridad, en el play off con el COB, tras perder el cuarto partido, lo vi muy negro. Tuve que parar de vuelta a casa, iba muy tocado».
Hasta ahora, Obradoiro y Breogán nunca se habían enfrentado en la máxima categoría. Parajuá y Fente coinciden en dos cosas. Quieren que sus equipos salgan victoriosos pero, cualquiera que sea el resultado, apelan al espíritu de la Copa del Rey, cuando las aficiones viven con pasión los partidos y se mezclan para seguir disfrutando del pospartido. «Que sea el primero de muchos derbis en la ACB», apostillan.
Cuando se le pide a cada uno que destaque un rasgo en la percepción que tiene sobre el rival, Fente subraya que «lo que está consiguiendo el Obradoiro es espectacular, ocho años seguidos en la ACB, en una ciudad de menos de 100.000 habitantes y sin pasar grandísimos apuros».
Parajuá ve en Lugo «una ilusión muy parecida a la que hubo en Compostela después del ascenso en el año 2010, con ganas de apoyar incondicionalmente. Es, también, una ciudad de baloncesto».
En este punto, vuelven a hacer retrospectiva y expresan una duda compartida. El Obradoiro ha superado rachas de varios partidos seguidos sin conocer la victoria. «Es el miedo que tengo ?indica Fente?, porque Lugo es un sitio duro para algunos entrenadores y algunos jugadores».
Nacho Parajuá está convencido de que el Breogán ha reunido un equipo muy competitivo, «siguiendo un formato muy distinto al del Obradoiro, ya que han fichado gente experta, que conoce la ACB». Si pudiese quitar a un jugador para llevarlo a Sar, repescaría a Alec Brown. En sentido contrario, Juan Carlos Fente no duda en su elección: «Nacho Llovet».