El canto a la deportividad de Pepe Pozas

ANDAR MIUDIÑO

SANDRA ALONSO

El base no fue ventajista en ninguno de los golpes que recibió

16 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Pepe Pozas completó un partido sobresaliente frente al Valencia Basket y lo complementó con muestras de deportividad que siempre son muy de agradecer, durante y después de la contienda.

Fue objeto de una de las faltas antideportivas que se pitaron en el encuentro. Se llevó un fuerte golpe en la cara propiciado por un Guillem Vives que inmediatamente se disculpó y aceptó la sanción. El base del Obradoiro correspondió, entendiendo el lance del juego.

Hacia el final del tercer cuarto se llevó la peor parte, en un bloqueo de Labeyrie que lo dejó sangrando por la nariz y le obligó a irse al banquillo durante unos minutos. A la conclusión de la contienda reconocía que el golpe había sido «totalmente fortuito». Lo único que lamentaba es que le había cortado el ritmo cuando se encontraba muy bien.

Y todavía se llevó una falta personal en una defensa sobre Alberto Abalde en la que es él quien recibe un codazo en la nunca cuando se gira el alero del Valencia. La aceptó estoicamente.

Y tampoco buscó excusas a la conclusión del partido a la hora de analizar las claves de la derrota en el último segundo: «Los últimos cinco triples que hemos tenido los hemos fallado y, ellos, el último que han tenido lo han metido. A veces ese acierto en los momentos importantes decide. A lo mejor han tenido tiros más claros que los nuestros. Pero creo que el trabajo del equipo ha sido muy bueno. Al final, son detalles».

También puso en valor el potencial del rival, al ser preguntado respecto a qué le había faltado al Obradoiro para terminar de romper el partido después de estar doce arriba en el tercer cuarto: «No sé. Que echasen a Matt Thomas, a Van Rossom, a todos por descalificante. Eso hubiese ayudado. Cuando tienes enfrente un equipo de Eurocup con uno de los mayores presupuestos da igual que vayas doce o quince puntos por delante. Ellos siempre van a intentar volver. Al final hemos tenido algo menos de acierto y eso les ha servido para correr más, tener más ocasiones. Cuando hemos dejado de meter hemos sufrido».

Su compañero Nacho Llovet denotaba sensaciones enfrentadas: «Por un lado duele, no solo por el tiro sobre la bocina sino porque hemos ido por delante todo el partido, excepto con el fade away final de Will Thomas, que es un canastón. Luego empatamos otra vez y nos meten ese triple. Eso duele. Se te escapa una victoria en casa, que luego sabes que van muy bien. Hay que estar satisfecho con el trabajo que se ha hecho, sobre todo para tener una referencia de cómo tenemos que jugar. Si el equipo consigue esta intensidad en defensa, creo que llegarán las victorias».