Los tobillos y la ventana FIBA maltraen al Obradoiro

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

SANDRA ALONSO

Moncho Fernández sigue sin poder trabajar con toda la plantilla

25 sep 2018 . Actualizado a las 00:57 h.

La pretemporada ya es historia para el Obradoiro, una etapa en la que las lesiones de tobillo y la ventana FIBA han traído al colectivo santiagués a maltraer, sin olvidar las muelas del juicio de Hlinason o el proceso vírico que tuvo a Simons una semana fuera de combate. Tan es así que Moncho Fernández no ha podido trabajar un solo día con toda la plantilla al completo. Y la semana arranca por los mismos derroteros, con el Burgos en el horizonte de la primera jornada de Liga, la que se disputará el sábado a las 20.30 en Sar.

El Torneo EncestaRías estaba llamado a ser el primer test para ir calibrando la evolución de un equipo muy renovado y con mucha juventud en sus filas. Pero se convirtió en un ejercicio de supervivencia. Simons no pudo jugar. Spires empezó la recuperación del esguince de tobillo que sufriese en Guadalajara. Kendall Stephens fue baja por una lesión similar. Y Maxime de Zeeuw, que llegaba con la articulación tocada, pidió el cambio al resentirse en una acción sin aparente dificultad, después de robar un balón y anotar una canasta a cámara lenta.

La lesión del pívot belga es la que más preocupa. Desde entonces no ha vuelto a jugar. Antes de la Supercopa hizo algunos ejercicios con el grupo, pero las circunstancias aconsejaron no forzar. Y la semana arranca en la misma tesitura, pendiente de ver cómo responde a medida que aumenta la carga de trabajo.

El último motivo de preocupación llegó en los compases finales del partido de Supercopa frente al Real Madrid, cuando Pepe Pozas pidió el cambio, también con un tobillo dañado. No obstante, el base andaluz se mostraba optimista al día siguiente, por las sensaciones que iba notando.

Tras dos días de descanso, el equipo reanuda hoy el trabajo.