El Obradoiro y Corbacho ponen fin a una relación de siete campañas

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Carlos Guerrero LOF

Las diferencias entre las dos partes respecto al tercer año, opcional, que tenía el jugador en el contrato han desembocado en la ruptura

08 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Monbus Obradoiro y Alberto Corbacho han puesto fin a una relación de siete temporadas repartidas en dos etapas, con solo un año de paréntesis, el que el jugador disputó en el Baskonia. Firmó el verano de la LEB, fue uno de los artífices del ascenso, estuvo cuatro cursos más en los que se significó como uno de los mejores triplistas de la ACB. Cuando el Baskonia llamó a su puerta no quiso dejar pasar el reto de la Euroliga. Un año después regresó para ser clave de bóveda en Sar y tuvo el infortunio de romperse en el minuto cinco de la primera jornada. Tras una campaña en blanco, esta temporada tuvo una participación menos protagonista en el equipo. Por minutos disputados, fue el décimo. Atrás quedan 210 partidos y 528 triples.

Cuando retornó al Obradoiro firmó un contrato por dos temporadas más una tercera opcional, que ofrecía una puerta de salida a las dos partes.

El club decidió acogerse a esta vía. Así se lo comunicó el pasado fin de semana, después de explicarle que tenía interés en que siguiese en el equipo pero con un rol distinto al que propició su fichaje dos años antes. Pasaría a ser un jugador de los que son capaces de cambiar el signo de un partido, como hizo frente al Valencia o el Bilbao. Y también cambiarían las condiciones económicas. Pero ya no hubo margen a la negociación. Así lo explicaba a última hora el Obradoiro en un escueto comunicado: «El jugador ha comunicado a la entidad, a través de su representante, que prefería emprender otro camino».

La marcha de Corbacho es una más en el perímetro. Se suma a la de Thomas, que jugará en el Valencia, y a la más que previsible de Bendzius, que maneja ofertas inalcanzables para el Obradoiro. Y también ha dicho adiós Ben Simons, que empezó jugando como cuatro y, tras la lesión de Bendzius, acabó desempeñando funciones de alero.