El Obradoiro sella la permanencia con un triple de Sabat

M.G.Reigosa

ANDAR MIUDIÑO

Paco Rodríguez

Levantó un partido imposible ante el Bilbao tras un primer tiempo nefasto

05 may 2018 . Actualizado a las 21:28 h.

Los arbitrajes no deciden partidos, pero influyen. Con 61-62 le dieron tres tiros libres a Redivo en un triple punteado por Thomas. Acto seguido una acción que pareció más clara en el otro lado, sobre Corbacho, quedó sin penalización. Si no hubiese entrado el triple postrero y definitivo de Sabat, la polémica hubiera sido la misma. Y si el Obradoiro no hubiese regalado tanto en un primer tiempo irreconocible, no hubiera habido margen para tanto sufrimiento. Victoria y permanencia matemática.

El Monbus Obradoiro se fue al descanso con mala cara pero con una buena noticia. Completó unos primeros veinte minutos tan flojos y de tanto desacierto que tenía por delante mucho margen de mejora. Se fue diecisiete puntos abajo, 20-37, ante un Bilbao que no necesitó un partido superlativo para coger tan jugosa ventaja.

En el primer cuarto los vascos hicieron muchos daño con Thomas dentro de la zona y con un par de triples liberados de Pere Tomás. En el segundo acto los vascos castigaron al colectivo de Moncho Fernández desde detrás de la línea de 6,75 metros. Anotaron más de tres que de dos. Y vieron como los locales convertían su ataque en un festival de despropósitos. En ocho minutos solo consiguieron ver aro en una ocasión. Ni funcionó el laboratorio ni las acciones de uno contra uno. Ni salió nadie al rescate. Las estadísticas de tiro del Obradoiro en el segundo cuarto dan miedo: dos de once en dobles, cero de cuatro en triples y uno de dos desde la línea de personal. No tuvo más historia el período inicial, probablemente el peor de la temporada en Sar. Le dio demasiada vida a un rival que llegaba con urgencias, ansiedad y temores.

El tercer cuarto ganó en viveza y tuvo de todo, con un cambio de inercia porque ahora los triples entraban en el aro visitante y era el Bilbao el que frenaba, al que le costaba anotar. Y hubo un momento clave a falta de tres minutos y medio. Moncho Fernández puso en pista a Corbacho y el 33 le puso fuego a una reacción que ya estaba en marcha, con un par de misiles con su marca, más dos tiros libres antes de cerrar el cuarto, que acabó con 48-50.

El último fue el de la igualdad entre dos equipos que, sin terminar de estar finos, pelearon con una fe infinita. Primero abrió brecha el Obradoiro. Respondió el Bilbao, que consiguió adelantarse con dos tiros libres de Redivo a falta de cinco segundos, 67-69. Moncho Fernández pidió tiempo, Sabat recibió con espacio y desató el delirio de una victoria que parecía imposible y que sella la permanencia.