El Obradoiro echa la vista atrás para recibir al Gipuzkoa Basket

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

xoan a. soler

«Este equipo es capaz de hacer lo que ya hizo», indica Moncho Fernández al contraponer el buen arranque de Liga a las últimas derrotas

12 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Monbus Obradoiro encara la decimosexta jornada de la Liga Endesa con un balance de siete victorias y ocho derrotas. Desde que retornase a la ACB, en la campaña 2011/12, ese el segundo mejor registro de la historia, solo superado por el del curso 12/13, en el que llevaba un balance 8-7. En aquella ocasión acabó la primera vuelta con nueve triunfos y se quedó fuera de la Copa del Rey por la diferencia entre los puntos anotados y los encajados.

En la campaña 11/12 el balance era 4-11; en la 13/14, 4-11; en la 14/15, 7-8; en la 15/16, 6-9; y en la 16/17, 4-10 (liga de diecisiete equipos).

En la 13/14 parecía que el equipo no terminaba de arrancar. Pero a partir de la decimosexta jornada encadenó seis victorias del tirón. La marcha de Muscala a la NBA y la lesión de Oriol Junyent frenaron al equipo.

Ganas de revertir la situación

Ahora el balance es bueno, pero las seis derrotas consecutivas generan una atmósfera de preocupación a la que no son ajenos ni los jugadores ni el cuadro técnico. «Estamos en un punto de la temporada en el que no nos sale nada», decía hace poco más de una semana Matt Thomas. «El equipo tiene ganas de ganar y darle alegría a la afición», proclamaba el capitán, Pepe Pozas, este miércoles. «Estos males se curan con la victoria. Percibo que los chicos tienen ganas de ganar», resume Moncho Fernández.

En todos los casos hay un argumento recurrente: el mismo Obradoiro que atraviesa una mala racha es el que consiguió ganar siete de los primeros nueve partidos de Liga. «Es capaz de hacer lo que ya hizo», apostilla el Alquimista de Pontepedriña. A poco que recupere ese nivel, sus opciones de reencontrarse con el triunfo crecerán exponencialmente.

El técnico rescató una de sus máximas, en la antesala del partido frente al Gipuzkoa Basket: «Tenemos que ser buenos en aquellas cosas que no tienen que ver con el talento, como nuestro control defensivo, nuestro rebote, el balance... El equipo es consciente de que la mejora, claramente, viene por ahí. Es algo que, a lo mejor, hemos perdido en las últimas semanas, en algún partido más que en otro, en algún momento más que en otro».

Pide especial atención a la defensa en situaciones de uno contra uno y a la lucha por el rebote, dadas las características de un Gizpuzkoa Basket que está trabajando mucho y bien debajo de los aros, sobre todo en ataque, y que no duda en buscar las entradas a canasta a poco que vea pasillo. Y también invoca al acierto, «sobre todo en momentos determinados» del partido.

Un rival muy compacto

Sabe que no va a ser fácil porque llega un equipo «muy solidario» en el que «todo el mundo rota, todo el mundo ayuda, todo el mundo trabaja. Son un conjunto agresivo con jugadores muy buenos en las líneas de pase. Y, luego, aunque entre dentro de otra categoría, creo que el rebote ofensivo es donde empieza el balance y en eso son muy buenos. Han mezclado muy bien el saber de muchos jugadores con las ganas de otros». El acierto en esa combinación les está reportando una muy buena trayectoria esta temporada.