El segundo cuarto mató al Obradoiro en Sevilla

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO

ANDAR MIUDIÑO

David de la Rosa-LOF

Reaccionó tras el descanso pero no pudo impedir la primera victoria del Betis

10 dic 2017 . Actualizado a las 20:47 h.

El Obradoiro no fue el Obradoiro en Sevilla en la primera parte. Hizo lo que llevó el Betis a ser colista, atacar mal y defender peor. Se desactivó como hacía tiempo que no le sucedía y regaló al rival el contexto que más deseaba. En el segundo cuarto, inexplicable y pésimo, el parcial fue 25-5. Fue demasiada desventaja, aunque peleó por darle la vuelta y estuvo cerca de lograrlo.

Ya no pintaba bien en el primer acto, a pesar de que acabó con un ajustado 22-21. Al partido le faltaba tensión, era un extraño intercambio de canastas, con reparto de errores, en un ambiente frío, con poco público. En el segundo cuarto se vio un Obradoiro irreconocible. Dos pérdidas de balón absurdas le costaron un parcial 7-0 de Uriz, con un dos más uno y un tres más uno. Moncho Fernández batió el récord de cambios en busca de soluciones. Sabat se fue al banco antes de los tres minutos, probó con Thomas y Navarro, después Laksa, tuvo que volver el americano, también Bendzius, Simons pasó inadvertido. Pustovyi no tenía el día. Menos Corbacho y Spires todos pasaron por la pista y ninguno estuvo fino. Al descanso, 47-26, con un meneo de los que duelen en un equipo que no es sospechoso de dejarse ir pero que no estaba dando una a derechas.

 

El Obradoiro volvió del intermedio con otra cara. En un minuto anotó tantos puntos como en el segundo cuarto. Encontró algo más de fluidez en ataque pero no terminó de ajustar bien su defensa. En los peores momentos Schilb anotó puntos de mucho valor. Y al final fue el que decantó el partido. Moncho siguió con las rotaciones. Debutó Spires, que puede ser un interesante relevo para Pustovyi, y el conjunto santiagués llegó vivo al último cuarto, si bien con la sensación de que no era su día. En el penúltimo ataque del tercer cuarto no le entró el triple a Corbacho y sobre la bocina McGrath clavó uno para poner el 66-54. En un partido tan raro la diferencia anímica entre lo que pudo ser, un 63-57, y lo que fue, el 66-54, era mucha.

El Obradoiro no dejó de apretar los dientes y en otro día menos aciago quizás hubiese coronado la remontada. Con 74-69 Llovet falló el segundo tiro libre. Con 76-69 los árbitros no pitaron una antideportiva de Anosike a Pozas y el base marró un tiro libre. Con 76-70 Simons y Bendzius tuvieron sendos triples que no entraron, mientras que Schilb no perdonó con el suyo. Y aún dilapidó una última opción a la desesperada el plantel compostelano. Con 79-74 y 34 segundos Dreaper consumió los cinco segundos de posesión. Y a Thomas se le escapó el balón en la recepción. Fueron tantos regalos que el Betis, a pesar de que se le vio la condición de colista en la segunda parte, no dejó escapar la ocasión de sumar su primera victoria.

Betis 83: Draper (5), Schilb (23), Nelson (2), Anosike (3) y Kelly (21) -cinco inicial-. Golubovic (10), Uriz (9), Iván Cruz (5), McGrath (5) y Alfonso Sánchez.

Obradoiro 77: Pozas (12), Thomas (17), Bendzius (9), Llovet (16) y Pustovyi (10) -cinco inicial-. Sabat (3), Simons (3), Radovic (4), Corabacho (3), Laksa, Navarro y Spires.

Parciales en cada cuarto: 22-21, 25-5, 19-28 y 17-23.

Árbitros: Pérez Pizarro, Serrano y Sánchez Mohedas.

Incidencias: Pabellón de San Pablo, 2.600 espectadores.