Un Obradoiro más completo

Ignacio Javier Calvo Ríos
Naso Calvo SANTIAGO

ANDAR MIUDIÑO

MATEO VILLALBA | LOF

El conjunto santiagués ha dado un paso al frente con una rotación más amplia, el crecimiento de jugadores como Pozas o Pustovyi y la variedad de recursos

30 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Fuenlabrada llegó a la sexta jornada con una sonrisa de oreja a oreja. No era para menos. El equipo revelación de la Liga Endesa, tras tumbar, entre otros, a Bilbao, Unicaja y Baskonia, se presentó en la tarde del sábado con unos registros que solo estaban al alcance del poderoso Real Madrid. Enfrente, el modesto Obradoiro de Moncho Fernández, un equipo que en Sar se mostró hasta el momento intratable (tres victorias en tres partidos), pero que a domicilio tenía una asignatura pendiente, después de caer en Valencia y sufrir un duro revés (102-58) en el Palau.

Fuenlabrada no parecía en lugar más indicado para cambiar el rumbo del equipo y para olvidar el revés del último viaje. Sin embargo, el Obra sorprendió a todos con un baloncesto serio y disciplinado, con mucho talento en el ataque y con una defensa asfixiante y con mucho oficio que impidió cualquier recurso de un adversario que lo intentó hasta el final y que se murió en la orilla. Son muchas las claves de este nuevo Obradoiro, que cuenta con jugadores en estado de gracia, que defiende con uñas y dientes y que en cada jornada, al contrario de lo que sucedió muchas veces el curso pasado, mutila a su adversario con un recital de lanzamientos de larga distancia.

Pepe Pozas

Un paso al frente. Pepe Pozas es una pieza clave en este gran arranque. A la sombra de McConnell la pasada temporada (solo jugó cuatro partidos como titular), el base dio un paso al frente y asumió este curso mayor protagonismo y responsabilidad. En Fuenlabrada cerró el partido con un triple y mostró una vez más su talento. Moncho Fernández confió en él y el andaluz, en su cuarta temporada en la capital gallega, está sacando todo lo mejor que tiene. Ya con 122 partidos en la ACB, en este comienzo liguero brilló con luz propia en las cuatro victorias.

Artem Pustovyi

Enorme crecimiento. Es un verdadero gigante dentro de la pintura. Intimida desde el primer segundo y sus rivales le temen. Cada día avanza en su progresión y cada jornada deja su sello de enorme jugador. Ahora, la duda se centra en saber cuantos días más, semanas o meses, seguirá vistiendo la camiseta del Obradoiro. Los grandes se lo van a rifar.

Matt Thomas

Aportación vital. Más apagado ante el Valencia y el Joventut, el americano fue clave en los otros cuatro partidos. Fue uno de los grandes protagonistas. Su aportación es de vital importancia para el buen funcionamiento del equipo. En triples mantiene un promedio del 62 % y en lanzamientos de dos se instala en el 58 %. Ante el Fuenlabrada volvió a brillar.

Grandes tiradores

No solo la inspiración de Corbacho. La baja de Corbacho fue un golpe muy duro para el Obra la pasada temporada. Ahora, el mallorquín va recuperando poco a poco su forma, pero la plantilla cuenta con excelentes tiradores, que cada fin de semana intimidan con grandes lanzamientos a sus oponentes. Thomas, Simons, Laksa, Pozas, Bendzius, Llovet y Sàbat están en estado de gracia. Cualquiera de ellos muestra una buena muñeca y el equipo ya no depende tanto de Corbacho.

Fondo de armario

Amplia rotación. Esta temporada Moncho Fernández maneja el mejor banquillo de los últimos años. Todos tienen minutos y se sienten protagonistas, al contrario de lo que sucedió en otras campañas en las que algunos suplentes apenas tenían oportunidad de lucirse. El Obradoiro tiene un gran fondo de armario.

Con los pies en el suelo

Humildad sin marcarse objetivos utópicos. Al igual que Simeone, Moncho Fernández quiere ir pasito a pasito, sin pensar más allá del próximo rival. Está encantado con el juego del equipo, con el compromiso y la actitud de sus jugadores y con la situación del Obra en la clasificación. Pero solo piensa en el Murcia, su rival más inmediato. No quiere hablar de objetivos que están todavía lejanos. Y tanto en la derrota como en la victoria, mantiene los pies en el suelo y defiende el mismo discurso: el lunes hay entrenamiento.