Lo que pudo ser una justa y trabajada victoria se convirtió en una decepcionante y dolorosa derrota. Los mejores 30 minutos de la temporada no sirvieron para conseguir un triunfo que hubiera refrendado el trabajo hecho a lo largo de todo el encuentro. Cortés nos pone y desde el principio se vio una caldeira muy enchufada. Y de eso se dieron cuenta de inmediato los nuestros.
Todos aportaron entusiasmo, concentración y acierto en los tres primeros cuartos del partido, con Artem Pustovyi dominando la zona (qué gran trabajo del cuerpo técnico con este jugador) y Mickey McConnell dirigiendo con elevado acierto y muchísimo protagonismo al equipo compostelano.
El último cuarto merece un análisis aparte. Quizás el Obradoiro no salió con toda la artillería para romper el partido e irse de 20. Un parcial de 0-14 en los primeros tres minutos dejó al Gran Canaria a un solo punto de diferencia (73-72).
Dos factores coincidieron para ello. Por una parte, la decepcionante actuación arbitral, por poner un calificativo suave. Por otra, el tremendo apagón generalizado de los jugadores santiagueses.
No queda otra que seguir. Hay cosas muy positivas que extraer de este partido. El equipo sigue compitiendo en una liga muy dura como es la ACB. Considero que en esta línea, el Obradoiro nos dará muchas alegrías.