El colectivo de Moncho Fernández arrancó el último cuarto con un parcial 0-10. Lo paró Sito Alonso con un tiempo muerte, al que siguió una canasta letal de Mumbrú, triple al límite de la posesión tras una extraordinaria defensa. Y le siguió otro de Bertans, que parecía la puntilla: 59-70.
Sin embargo, el Obradoiro volvió. Echó mano de la fe y descosió la defensa vasca en tres minutos como no lo había conseguido en los primeros tres cuartos: un triple de Nankivil, una canasta de Pozas y otra de Kleber. Y apareció Corbacho, que estaba teniendo un día para el olvido. Pero en Sar saben que puede emerger en cualquier momento y, si de algo no peca el balear, es de medroso. Pidió el balón y clavó el triple del 69-70