El Obradoiro maravilla en el estreno

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

SANDRA ALONSO

El equipo santiagués abre la Liga con una paliza al Manresa

05 oct 2014 . Actualizado a las 14:34 h.

El Obradoiro Río Natura Monbus maravilló en su estreno. Cierto que enfrente estaba un Manresa mermado y modesto. Pero el conjunto santiagués no le dio opción en ningún momento, desde que se puso el balón en juego. Y se llevó el triunfo con una autoridad incontestable (88-64).

Cambian los jugadores, baja la edad media del equipo y el presupuesto, aumentan las rotaciones pero el estilo es innegociable y pudo verse ya en la primera parte. Hay más fusileros que nunca y, sin embargo, el colectivo no se olvida de la pintura porque la clave está en buscar las ventajas, da igual donde se generen. Y todos tienen licencia para sumar. Tan es así que al descanso, en el Obradoiro habían participado ya los once jugadores disponibles (Rafa Luz fue inscrito en acta, pero apura la recuperación de su lesión en un pie) y diez habían visto aro. Solo se quedó sin anotar Giannopoulos.

El otro rasgo distintivo del Obradoiro es su defensa. El equipo salió muy centrado a la pista, sin fiarse un pelo de un Manresa que todavía no ha cerrado su plantilla, que llegó sin los bases Poeta y Álex Hernández y que todavía tiene mucho trabajo por delante. Pero el contexto era parecido hace un año, y los catalanes dieron un curso de ataque. Esta vez encontraron un bosque de brazos y ayudas infranqueable.

Todavía es pronto para sacar conclusiones, pero todo apunta a que el grupo ya tiene química. Como muestra, un par de botones: Cárdenas fuerza una personal en ataque, se queda en el suelo y dos compañeros acuden de inmediato a levantarlo y felicitarlo; en el tercer cuarto, Miller comete una personal en ataque y el primero que se levanta en el banquillo para quitarle hierro es Triguero, el otro cinco del plantel.

También la afición estuvo a la altura. Para muestra, un par de detalles: Keaton Nankivil se fue al banco tras sus primeros minutos sin ver aro, pero con una bonita ovación que reconocía su impecable trabajo en defensa; con 43-25 el equipo obligó al Manresa a agotar la posesión y la grada lo celebró con júbilo.

Difícilmente se encontrará el Obradoiro un partido más plácido esta temporada. No tuvo demasiada historia, porque no dejó que se complicase en ningún momento. Y hace soñar a la afición con la majestuosidad de Kleber, la sobriedad de Triguero, el baloncesto afilado de Waczynski, el desparpajo de los bases, la entrega del búfalo Chagoyen a sus 37 años, el juego de equipo de Nankivil... De Corbacho y Pavel ya se sabía lo que pueden dar.

Fue como empezar en una etapa en llano y viento de cola, pero cuando menos en el estreno tocó una dosis de felicidad. Que no viene mal para cuando toque la alta montaña. Pinta divertido.

88-Obradoiro (26+17+26+19): Pepe Pozas (11), Pavel Pumprla (11), Alberto Corbacho (8), Maxi Kleber (18), Juanjo Triguero (12) -cinco inicial-, Daniel Miller (2), Adam Waczynski (7), Fran Cárdenas (7), Haris Giannopoulos (3), Jesús Chagoyen (4) y Keaton Nankivil (5).

64-Manresa (13+12+16+23): Nil Angelats (-), Marius Grigonis (2), Ben Dewar (3), Jamar Samuels (5), AJ Ogilvy (12) -cinco inicial-, Michael Hall (7), Carles Bivià (15), Marc García (3), Roger Grimau (14) y Dimitris Haritopoulos (3).

Árbitros: Juan Carlos García González, Miguel Ángel Pérez Niz y Sergio Manuel. Sin eliminados.