El Obradoiro anestesió al Real Madrid

M.G. Reigosa LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Eduardo Candel Reviejo

Este triunfo se suma a los de Vitoria, Barcelona y Málaga para completar el póker de la Euroliga

15 abr 2013 . Actualizado a las 13:23 h.

El Obradoiro Blusens Monbus sigue sumando pequeños hitos históricos en una campaña de ensueño. O no tan pequeños, porque con la victoria en la pista del Real Madrid ha conseguido algo difícilmente repetible: ganar en las canchas de los cuatro representantes españoles en la Euroliga. Empezó en Vitoria, siguió en Barcelona, continuó en Málaga y ahora el Palacio de los Deportes.

Venció con la fe del carbonero, en un planteamiento que le salió redondo, a pesar de que el partido empezó de la peor de las maneras para el colectivo de Moncho Fernández, con Rudy y Mirotic inspirados, con un parcial 19-10 en el primer cuarto.

El Obra salió con una clara intención, la de anestesiar el partido y al rival, aun a riesgo de jugar a veces contra natura, sin esa chispa que suele acompañar su baloncesto. Multiplicó ayudas, nunca bajó los brazos y sacó brillo a dos virtudes infinitas: la paciencia y la templanza. Lo había dicho Moncho Fernández: «A noventa puntos no ganamos». Y lo que consiguió fue llevar el duelo al umbral de los sesenta.

El mérito es doble, porque el Real Madrid arrancó gustándose, con Draper al volante. Y llegó a tomar una renta de catorce puntos al poco de comenzar el segundo cuarto.

Pintaban bastos para el Obra. Y no tanto por los puntos encajados cuanto por el atasco ofensivo. Solo encontraba consuelo en los lanzamientos de tres, y así era muy difícil aguantar.

A partir del 27-14 fue virando el signo del encuentro. Las rotaciones no le sentaron bien a los merengues, que con Rudy y Mirotic en el banco se espesaron como el chocolate. Y los visitantes, poco a poco, peleando cada rebote y cada posesión, con Mejri intimidando en un radio a cuatro metros de su aro, comenzaron a recuperar terreno y llegaron al descanso dentro del partido: 29-25. Todo ello a pesar de las pérdidas de balón y de los flojos porcentajes de tiro.

En la segunda parte ya no hubo distancias largas. Fue un continuo toma y daca, un partido de los que se juegan con el tensiómetro en la mano, si bien casi siempre con el Real Madrid por delante.

En el último cuarto todavía se estrecharon más las diferencias. Y, una vez más, apareció el cañonero Hummel, a quien se le ve muy cómodo en las batallas que deciden la guerra. Firmó trece de los veintiséis puntos del equipo en esos diez minutos. Pero fueron trece puntos que valen más de lo que dicen las matemáticas. Empató el partido a 41 con un triple, hizo cinco seguidos (con un triple de ocho metros y un canastón contra tablero) para remontar un 53-49, anotó los últimos dos tiros libres... El de Valparaiso no se arruga, se crece.

Pablo Laso tuvo que recurrir de nuevo a Rudy Fernández, que se echó el equipo a la espalda. Pero con eso no le bastó, porque el Obradoiro supo pelear y esperar por su oportunidad. Y, cuando la tuvo en la mano, no la dejó escapar, a pesar de que los árbitros tuvieron que recurrir al instant replay porque el alero internacional del Real Madrid anotó un triple imposible contra tablero sobre la bocina. Felizmente para el Obradoiro, lanzó unas décimas después de que se iluminase el tablero.

El equipo de Moncho Fenrández, que contó con el apoyo de un nutrido grupo de aficionados en la grada, sigue en zona de play off.

Ficha técnica.

61 - Real Madrid (19+10+12+20): Draper (6), Rudy (14), Mirotic (12), Hettsheimeir (6) y Darden -quinteto inicial-, Suárez, Rodríguez, Slaughter, Reyes (4), Begic (2), Llull (4) y Carroll (13).

64 - Obradoiro (10+15+13+26): Rodríguez, Pumprla, Dewar (14), Kendall (6) y Mejri (5) -quinteto inicial-, Hummel (19), Junyent, Corbacho (9), Buford (6) y Luz (5).

Árbitros: Juan C. Arteaga, C. Sánchez Monserrat y Pedro Munar.

Eliminado por cinco faltas Kendall (min.38).

Incidencias: Partido correspondiente a la 29ª jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes de Madrid ante 6.946 espectadores.