«Vas a jugar de Robbie Hummel»

M.G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

El pívot americano está creciendo exponencialmente y empieza a cumplir las expectativas depositadas en él

01 abr 2013 . Actualizado a las 12:39 h.

«Deportivamente, nuestros aficionados pronto lo podrán disfrutar. Se trata de un ala pívot de gran versatilidad y con una notable capacidad anotadora, fundamentalmente a través de su tiro. Cuando coja los mecanismos y hábitos del baloncesto profesional podrá, con su trabajo diario, llegar a ser un jugador que dé mucho que hablar. Vamos a intentar ayudarle a acelerar todos estos procesos y, mientras tanto, sacar el máximo partido de su talento». Así hablaba a finales de agosto José Luis Mateo, director general del Obradoiro, sobre Robbie Hummel en la presentación del jugador.

Solo se equivocó en una cosa, en los plazos. Una lesión de menisco poco antes de empezar la pretemporada obligó al pívot americano a pasar por el quirófano y demorar su estreno hasta el mes de noviembre. En las últimas semanas su rendimiento está creciendo exponencialmente y justifica punto por punto las expectativas que apuntaba José Luis Mateo.

Espectador del United Center

Hummel, que acaba de cumplir 24 años, siempre vivió pegado al baloncesto. Creció en Valparaíso, a menos de una hora en coche del United Center, donde tuvo oportunidad de ver en directo a Michael Jordan. Y se formó en la Universidad de Purdue, que acaba de retirar su camiseta con el número cuatro.

Las lesiones no se lo pusieron nada fácil. En la campaña 09/10 sufrió una rotura de ligamento cruzado en la rodilla derecha. Y en la 10/11 pasó de nuevo por el mismo percance. Se perdió todo el curso, pero nunca perdió la fe. Trabajó a destajo en la rehabilitación y en la 11/12 demostró que seguía siendo un jugador de baloncesto con mayúsculas.

Los Timberwolves lo eligieron en segunda ronda del draft, en el número 58. Y vieron en el interés del Obra una buena opción para seguir moldeando el talento de Hummel, antes de hacerle sitio en la NBA. Su fichaje no fue fácil. José Luis Mateo ya le tenía cogida la matrícula en la etapa en la que estuvo en Alicante. Y fue de los primeros nombres que le puso a Moncho Fernández sobre la mesa. Ni el técnico santiagués ni sus ayudantes tuvieron dudas: «Adelante».

Negociaciones complicadas

Con las negociaciones avanzadas se metió por medio el Artland Dragons alemán, que le ofrecía más dinero y el escaparate de la Eurocup. Su entrenador lo intentó convencer haciéndole ver que en España la economía iba en picado. E incluso le comentó que estaban asaltando supermercados, trayendo a colación el episodio del alcalde de Marinaleda en un Mercadona.

A Hummel le entraron las dudas. Y se le disiparon en una conversación telefónica a tres bandas, con el propio Mateo y con Moncho Fernández. Le preguntó al técnico: «¿De qué voy a jugar, de tres o de cuatro?». Y le convenció la respuesta: «Vas a jugar de Robbie Hummel». La respuesta y los argumentos que ponían de manifiesto el conocimiento de su juego. También el hecho de que el presidente autorizase un último esfuerzo en la parcela económica.

Cuando se lesionó el menisco, el Obradoiro pudo cortarlo. No lo hizo, porque siempre vio en él un jugador de alto nivel. Y ahora recoge los réditos. El domingo estarán en Sar dos integrantes del staff de los Timberwolves, uno de ellos el hijo del entrenador, Rick Adelman.