«Corbacho nos está ayudando mucho, y para que os hagáis una idea de cómo lo ha sentido, lo he encontrado llorando en el vestuario», comentó
14 ene 2013 . Actualizado a las 12:01 h.El entrenador del Obradoiro Blusens Monbus, Moncho Fernández, no ocultaba su desencanto por la derrota y la imposibilidad de jugar la Copa: «Ha sido una pena perder y quedar fuera de la Copa, pero tengo que felicitar a mis jugadores porque han peleado hasta el final».
En opinión del técnico santiagués, la clave estuvo en el buen hacer de la Penya desde la larga distancia: «Su acierto en el triple ha sido muy elevado y el tercer cuarto ha resultado determinante. Además, también han sido decisivos los catorce tiros libres que han cogido en ese cuarto, y su dominio del rebote, que no nos ha permitido correr. Por nuestra parte, los tiros que metimos al principio no nos entraron después, nos pusimos en bonus y no supimos atrapar el rebote. Pero solo tuvimos seis perdidas y metimos 87 puntos, lo que quiere decir que hicimos las cosas muy bien. Esta es una cancha difícil y solo nosotros y el Cajasol Sevilla hemos perdido por una diferencia tan pequeña».
El técnico del Obradoiro tuvo palabras para Corbacho, que empezó muy acertado en el primer cuarto y luego perdió efectividad: «No se le puede recriminar nada aunque tirara quince triples, porque esa es su forma de jugar. Nos está ayudando mucho y para que os hagáis una idea de cómo lo ha sentido, lo he encontrado llorando en el vestuario».
Moncho Fernández tuvo palabras de ánimo para el grupo después del revés en Badalona. «Tenemos que seguir nuestro camino. Ha sido un lujo que hayamos estado peleando por una plaza en la Copa, pero ahora hemos de levantarnos. Somos profesionales, mañana (por hoy) es lunes, y hemos de seguir a lo nuestro. Lo siento sobre todo por los aficionados, patrocinadores y toda la gente que nos apoya, pero no hemos de olvidar que somos un club pequeño y que no podemos salirnos de nuestro camino».
Afición en Lavacolla
A pesar de la derrota, un nutrido grupo de seguidores se acercó al aeropuerto de Lavacolla para recibir al equipo, que arribó al filo de las diez de la noche y se encontró con gritos de ánimo y reconocimiento por el trabajo realizado.