Malabares para llegar de Viveiro a Japón

CARLOTA VERGARA, J.A. VIVEIRO / LA VOZ

VIVEIRO

Francisco Riveira se autofinancia, a veces con espectáculos en la calle, para viajar por el mundo; ahora tiene el objetivo de llegar en furgoneta al país asiático

24 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El viveirense Francisco Riveira lleva siete años viajando por el mundo. Salió de la ciudad del Landro portando tan solo una mochila para dirigirse a los países del centro y norte de Europa; más adelante, en bicicleta, anduvo visitando otros lugares del continente hasta hacerse con un coche que le permitió afrontar distancias más largas.Desde hace unos meses, tras pasar unos cuantos inviernos trabajando como cocinero en Los Alpes, cuenta con una furgoneta en la que pernocta la mayoría de noches y con la que llegará hasta el continente asiático. Ese es su reto.

«Conecto mucho con Los Alpes en todas sus fronteras. Son unas montañas muy mágicas para mí. Las siento como mi casa aunque no fuera donde nací», comenta Francisco Riveira.

Fue allí donde decidió enrolarse en la aventura que se encuentra ahora: ir desde Galicia hasta Japón en furgoneta. Estos días, Francisco está en Ankara (Turquía), donde decidió hacer un alto, y donde ha estado colaborando con el equipo de organización de un festival de música mientras trabajaba y disfrutaba al mismo tiempo.

«Me pondré en ruta otra vez en dos semanas, mi plan es llegar a Japón en el mes de noviembre aunque no sé si me dará tiempo», explica el viveirense.

El mariñano, de 32 años, obtiene sus ingresos trabajando, sobre todo en invierno, en Los Alpes. Pero cuenta con un as bajo la manga; hace performances de malabares durante sus trayectos, que suponen otro sustento importante de su economía. «Es un método que utilizo mucho por el camino y en el que confío para reunir algo de dinero», apunta.

Explica que siempre le gustó viajar. Desde que era muy pequeño se imaginaba cómo serían otras partes del mundo cuando su madre le leía cuentos de ficción y aventuras. Ribeira hizo una pausa en su proyecto —viajar por el mundo— cuando ella enfermó: «Instintivamente me uní a mi madre y olvidé mi propósito. Cuando murió sentí toda la libertad del mundo para hacerlo», apunta.

El viveirense estudió Ingeniería Mecánica, sin embargo, reconoce que ese no era su camino. Inglés, francés, italiano, español y gallego son los idiomas que maneja a la perfección.

En la actualidad también está aprendiendo turco y rumano, aunque reconoce la complejidad de ambas lenguas. «Son idiomas que salen de la base y raíz latina y lleva mucho tiempo aprenderlos», señala.

De momento no entra en sus planes volver a Viveiro si no es para visitar a su familia y amigos. «Una parte muy importante de mi vida está en Viveiro pero también he conocido a mucha gente durante el proyecto que he llevado a cabo durante estos siete años», explica.

Sus próximos destinos serán Latinoamérica o África aunque ahora está concentrado en su llegada a Japón.