Vecinos de A Mariña, con el corazón en Marruecos por sus familias tras el devastador terremoto
VIVEIRO

Siguen con preocupación la situación en su país de origen, donde un seísmo provocó más de 1.000 muertes
10 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Ayoub Sabri El Makkas es trabajador de la planta de aluminio de Alcoa. Este sábado tenía que entrar a las seis de la mañana a su puesto en la fábrica, pero apenas pudo descansar -ni física, ni psicológicamente- antes de comenzar la jornada. La razón, su preocupación por la situación en su país de origen, Marruecos, donde un terremoto de magnitud 7 ha causado, al cierre de esta información, más de 1.000 muertos. Ayoub Atib, portero del Viveiro CF, comenzará hoy la Liga con el equipo celeste, aunque con un ojo en su lugar de procedencia. Migrantes marroquíes en A Mariña cuentan la angustia de vivir, a más de 1.600 kilómetros de distancia, la tragedia que ha devastado el Estado norteafricano.
Ayoub Sabri tiene 29 años y llegó a A Mariña hace 15. Aunque se gana la vida con la fabricación de aluminio, su hobby es el fútbol y en la costa lucense es conocido por haber militado en equipos como Valadouro, Xove o Alfoz, donde juega actualmente. Cuenta en un perfecto gallego que a 30 kilómetros de El Kelaa des Sraghna, donde reside su familia paterna, «caeron varias casas e varios muros. Ao meu pobo, que non está nin en zona de mar nin de montaña, chegou con menor intensidade, non houbo danos importantes pero si que se sentiu o terremoto. Estiven ata as tantas pendiente, conectando con eles», relata. Tal era el temor de sus familiares que prefirieron dormir fuera de su vivienda a correr el riesgo de estar dentro de venirse abajo. Entre ellos, su abuelo, ciego. «Quenes poden ver corren, pero o pobre non sabe nin o que está a pasar», lamenta.
Otros parientes, residentes en Nador, no sufrieron la sacudida del terremoto, pero «estaban tan asustados que non conseguiron durmir», explica.
Contactar con sus familiares fue angustioso para Ayoub. «Foi unha sensación moi rara, de verdade. Había quen non contestaba ao teléfono e tiñamos que contactar cun amigo para que tentase dar con eles, como se chamas a unha persoa en Ourense para poder falar con outra que está en Madrid», explica.
Aunque el ser humano es pequeño ante la fuerza de la naturaleza, y su presencia en Marruecos no habría podido variar el desenlace, la sensación sería distinta de poder estar cerca de sus familiares. Amigos de Ayoub compartieron con él vídeos de la tragedia, de Marrakech o de los daños en la mezquita. «Unha toleada», dice. En el epicentro del terremoto, las viejas casas de barro se caían como castillos de naipes.
Ayoub Atib, que llegó a España en mayo del 2017 para jugar en la base del Celta de Vigo y estuvo en Emiratos Árabes a las órdenes de una leyenda celtista y del Real Madrid como Míchel Salgado, es portero y también entrenador de guardametas en las categorías de formación del Viveiro. El pasado viernes, el primer equipo hizo tras el entrenamiento un aperitivo para conjurarse de cara al inicio de la Liga, este domingo. El cancerbero marroquí, de 24 años, llegó temprano a casa para llamar a su familia, como es habitual. Sus parientes residen en Mohammedía, a unos 20 kilómetros de Casablanca, en una zona de construcciones nuevas, y no sufrieron daños importantes por el terremoto. Aún así, el susto fue sobrecogedor.
«Acababa de pasar, cinco minutos antes. Llamé y me cogió el teléfono mi hermana. Tenía mucho miedo, me dijo que era increíble lo que había pasado. Mi padre estaba rezando», indica.
Ayoub está tranquilo en parte porque su familia está bien de salud, pero admite que prepararse para un partido como el del debut del Viveiro en una situación así es difícil. Sigue las noticias. «Es duro ver cómo la gente de mi tierra está sufriendo. Quisieras estar allí para vivir lo mismo que ellos y apoyarlos», concreta.