La empresa se compromete a recolocar a parte de los 115 trabajadores
29 sep 2021 . Actualizado a las 13:30 h.Vestas anunció este lunes que prevé cerrar la fábrica de generadores eléctricos que tiene en la localidad de Chavín, en Viveiro, a finales de este mismo año, abandonando así la producción. Tal y como explicaron desde la multinacional danesa, esta tratará de recolocar a parte de los 115 trabajadores que conforman la plantilla de la planta en estos momentos. Y la gallega no será la única fábrica que se verá afectada, porque Vestas también cerrará la que tiene en Lauchhammer (Alemania) y la de Esbjerg (Dinamarca).
La noticia cayó como una bomba en Viveiro, en especial entre las familias de los empleados. Hubo lágrimas y desconcierto ante el anuncio de la que es «la mayor empresa asentada en este municipio mariñano». Vestas lleva 22 años en Viveiro y hace tan solo dos celebraba por todo lo alto su 20 aniversario en la ciudad del Landro.
La multinacional danesa justificó su decisión alegando que el objetivo es «acelerar el despliegue de las energías renovables y mejorar la competitividad de la energía eólica». «Vestas busca desarrollar nuevos productos y soluciones para sus clientes, a la vez que amplía acuerdos con socios especializados de su cadena de suministro. La integración en curso de los negocios onshore y offshore es una parte clave de este desarrollo, especialmente de cara a consolidar un modelo operativo y un proceso de fabricación eficiente» argumentaban desde la empresa, justificando así la necesidad de «ajustar la capacidad de producción en Alemania, España y Dinamarca».
«Siempre es difícil tomar decisiones que afecten negativamente a nuestros empleados», afirmó el vicepresidente ejecutivo de la compañía, Tommy Rahbek Nielsen. Resaltando, en este sentido, el compromiso de la firma de estudiar todas las opciones de reubicación de aquellos empleados que resulten afectados por el cese de producción.
En la fábrica de Viveiro, Vestas centra su actividad en la fabricación de generadores para la plataforma terrestre de 2 MW, así como de paneles de control de la turbina marina V164 para mercados situados fuera de España. «Debido tanto a la disminución de la demanda de la plataforma de 2 MW como a la necesidad de optimizar la fabricación de componentes para eólica marina, ya no es sostenible continuar con la producción en Viveiro», justifica la empresa.
La compañía dice que trabajará mano a mano con la Xunta y el Gobierno central, así como con los agentes sociales, para recolocar a los trabajadores de Chavín en sus otras plantas españolas (Daimiel y Villafranca del Penedés).
La Xunta ya ha anunciado que exigirá «alternativas» tanto a Vestas como al Gobierno central, mientras que el Ministerio de Industria asegura que trabajará conjuntamente con el Gobierno de Feijoo «para buscar soluciones en una comarca muy castigada». Desde la Consellería de Economía enmarcaron el anuncio en «una transición energética errática a nivel estatal», que «está provocando desconfianza e inseguridad en el tejido empresarial».
Segundo cierre en seis meses
La multinacional danesa anuncia el cierre de su fábrica gallega de turbinas eólicas solo seis meses después de que Gamesa consumara el desmantelamiento de la planta de palas de As Somozas, en la comarca de Ferrol, con 215 operarios, para trasladar la producción a Portugal. De este modo, el sector industrial vinculado al negocio del viento está a punto de ser desmantelado casi totalmente, pues cuando Vestas consume el cese de la producción en Viveiro solo quedará activa una gran planta: la de torres eólicas de Gestamp Wind Steel Galicia (GRI) en O Carballiño, con 360 trabajadores. Vestas es uno de sus clientes.
Tanto la Xunta como el Ministerio de Industria condenaron el cierre y abogaron por encontrar soluciones consensuadas.
Ni los trabajadores, ni el comité ni el Concello de Viveiro presagiaban la dramática noticia
«Non o esperabamos en absoluto. É certo que unha das tres liñas de produción que temos pouco a pouco ía quedándose anticuada, pero só ronda realmente o 30 por cento do que facemos aquí. O resto é produto totalmente actualizado», explicaba ayer el presidente del comité de empresa de la fábrica de Vestas en Viveiro, Lois Mariño, poco después de que la multinacional danesa anunciase el cese total de la producción en la factoría mariñana.
La decisión, que supondrá la pérdida de 115 empleos directos y que ha causado una profunda conmoción en la zona, también pilló por sorpresa a la alcaldesa viveirense, la socialista María Loureiro. «La empresa me confirmó esta mañana [por la de ayer] que iba a comunicar el cierre a los trabajadores. No contábamos para nada con esta noticia. En Viveiro no nos podemos permitir perder estos puestos de trabajo ni que cierre la empresa. Vestas dice que quiere sentarse con el Gobierno, la Xunta y el Concello, y estaremos ahí para luchar y hacer lo que tengamos que hacer», sostuvo la regidora, que tenía previsto iniciar los contactos con los representantes de los trabajadores.
Futuro oscuro
Y aunque esa negociación se lleve a cabo, el horizonte pinta gris. «Pechan porque sae máis barato producir noutro lado e ás empresas permíteselles facer iso: valorar, facer contas e marchar», señaló el presidente del comité, que también hizo referencia a otra de las paradojas del mundo capitalizado y globalizado. «Seguro que no novo plan eólico, Vestas pilla unha porción do pastel e os xeneradores virán de China, da India ou de onde corresponda, pero non de España», manifestó.