Diez lugares imprescindibles además de As Catedrais y O Fuciño do Porco

RAMÓN GONZÁLEZ REY VIVEIRO / LA VOZ

VIVEIRO

A Mariña cuenta con un amplísimo catálogo de espacios dignos de visitar

01 ago 2021 . Actualizado a las 18:03 h.

As Catedrais suele ser cada año el monumento natural más visitado de Galicia, y el segundo recurso turístico más frecuentado de la comunidad, tras la catedral de Santiago. El sinuoso y bello sendero de Fuciño do Porco gana adeptos cada ejercicio. Son los dos grandes polos de atracción de la comarca, pero A Mariña es mucho más. La Voz de Galicia elige diez lugares que no hay que perderse.

Situada entre Punta Ínsua y Punta do Cabalo, en el municipio de Viveiro, a Cova da Doncela reúne belleza y leyenda. Sin cambiar de término municipal, el Souto da Retorta o eucaliptal de Chavín, alberga el famoso «Avó», ejemplar con más de 67 metros de altura y 10,5 metros de diámetro.

En Portocelo, ya en el concello de Xove, el faro de Punta Roncadoira es un lugar privilegiado para contemplar la inmensidad del mar. A Atalaia, en San Cibrao, es un lugar mágico, con una ocupación humana que abarca desde la antigüedad hasta nuestro tiempo. Así lo confirman los petroglifos hallados en la zona.

El Monte Castelo, en Burela, ofrece unas vistas espectaculares tanto de la localidad como del mar Cantábrico. En el concello vecino de Foz, a 427 metros de altitud, se ubican los restos de la antigua fortaleza de A Frouxeira. Las marcas de los antiguos muros en las rocas graníticas atestiguan la importancia histórica del lugar, que es además un mirador de excepción.

Un templo de la artesanía es el Barrio dos Muíños de Mondoñedo. El visitante puede deleitarse con la belleza de los canales de agua que atraviesan el vecindario, y también visitar talleres de -entre otros- cantería y alfarería que siguen la tradición.

El monasterio de San Salvador de Lourenzá, desde su construcción el epicentro de la vida en la localidad, guarda tesoros patrimoniales como el sepulcro del Conde Santo, Osorio Gutiérrez, del siglo X. El santuario de Arante (Ribadeo) ofrece pinturas murales de temática marinera datadas en el siglo XVI, consideradas únicas en Galicia.

A unos 30 minutos en coche se sitúa el inicio de la Ruta do Ferrocarril, en A Pontenova. Un singular trazado que discurre por la antigua línea de tren que enlazaba las minas de hierro de Vilaoudriz con el cargadero de Porto Estreito, en Ribadeo.

Son diez lugares únicos, pero lo mejor de A Mariña es que ofrece muchos más: la Igrexa de Coeda, un altar natural del Cantábrico en Burela, el dolmen de San Tomé, ejemplo del megalitismo en O Valadouro, la misteriosa Pena Abaladoira (Alfoz), o el Pazo de Tovar (Lourenzá), construido en la antigua villa amurallada de Canedo, son otros ejemplos de la riqueza patrimonial de la comarca.