Murieron en combate 8 de los 22 soldados de Viveiro en Puerto Rico

La Voz

VIVEIRO

A mediados del siglo XIX, 1.621 militares gallegos fueron desplazados a Puerto Rico
A mediados del siglo XIX, 1.621 militares gallegos fueron desplazados a Puerto Rico A.M.F.

1.621 militares gallegos sirvieron en el ejército colonial en la isla en el siglo XIX

06 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El elemento castrense ocupa el primer lugar en la inmigración de gallegos a Puerto Rico en el siglo XIX. Un total de 1.621 militares, procedentes de Galicia, fueron destinados a servir en el Ejército colonial en la isla. De ellos 22 eran de Viveiro: 8 murieron en combate; 7 se casaron en la isla y se radicaron en ella; de 3 se desconoce su destino; dos fueron reclamados por el Concello de Viveiro; uno era una mujer, Emilia Vilar; y otro, el comandante José Díaz Cora, ayudante de campo del Gobernador de Puerto Rico, el teniente general Rafael Echagüe.

Estela Cifre de Loubriel detalla la procedencia de los emigrantes en Puerto Rico en el siglo XIX en su libro La formación del pueblo puertorriqueño, contribución de los gallegos, asturianos y santanderinos. Aunque reconoce que llegaron muchos más, identificó a 3.117 gallegos. Los militares, el principal grupo, fueron 1.621 en total: 524 de A Coruña, 388 de Lugo, 352 de Ourense, 306 de Pontevedra y 51 sin indicación de provincia. Entre los militares que pasaron por Puerto Rico hubo médicos, ingenieros, músicos castrenses, profesores, etc. pero, en su mayoría, eran soldados rasos que caían en quintas en España y eran destinados a servir en Ultramar. Antes de ser reclutados, se dedicaban a trabajar la tierra o ejercían oficios como artesanos, carpinteros, albañiles, canteros, jornaleros, etc. y, por lo general, vivían pobremente.

Plagas, enfermedades o batallas

Cuando cumplían su término de servicio, se licenciaban o reenganchaban y muchos morían mientras prestaban el servicio militar a causa de enfermedades, plagas o luchas en combate contra los nativos. Los que se quedaron en Puerto Rico formaron hogares y recibieron ciertas prebendas -como tierras gratis- o los colocaron en empleos subalternos de la Administración española.

De los veintidós viveirenses, ocho murieron jóvenes: Andrés Ben Rodríguez, hijo de Francisco y María, de Celeiro, soltero, artillero de mar, murió en San Juan en 1872 a los 26 años; José Gómez Travieso, hijo de Francisco y Josefa, de Viveiro, marinero del cañonero Criollo, en San Juan en 1895 a los 21 años; Ramón Goas Cedeira, de Viveiro, soltero, soldado, a los 25 años en 1821; Francisco Infante Fernández, hijo de Miguel y Vicenta, de Viveiro, soltero, soldado del Regimiento Valladolid, 1ª Cía, en 1855, a los 24 años; Segundo López Casal, hijo de Manuel y Andrea, de Viveiro, soltero, soldado del Batallón de Cazadores de Cádiz, en Santo Domingo en 1864; Esteban Maza Neira, hijo de José y María, de Vieiro, soldado de Artillería, a los 29 años, en 1877; Agustín Polo Fernández, hijo de Francisco y Maria, de Viveiro, soltero, marinero en la goleta correo Gaditana, en San Juan, en 1814 a los 19; y Francisco Rey Alonso, hijo de Francisco y Josefa, de Viveiro, zapatero, soldado, en San Juan en 1869 a los 23 años.

Un Cora, ayudante del gobernador, y otro, comandante

Entre los militares de Viveiro desplazados a Puerto Rico en la segunda mitad del siglo XIX destacó José Díaz Cora y Otero. Había nacido en la ciudad del Landro el 3 de febrero de 1820, hijo de Francisco Díaz Cora y Josefa Otero. En el Escalafón General para 1856 del Cuerpo General de Carabineros figura como capitán, pero dos años despues ya estaba en las Islas Filipinas como comandante del resguardo de Hacienda, con el cargo de Ministro del Tribunal de Cuentas de las Islas Filipinas. Y dos años más tarde, en 1860, era segundo comandante de Infantería, estaba soltero y era Ayudante de Campo del Gobernador de Puerto Rico, el teniente general Rafael Echagüe que, a su vez, era Capitán General de la isla.

Otro viveirense, Isidro de Cora y Cardóniga fue comandante del 7º Batallón de Voluntarios de Guayama, en Puerto Rico, luego multicondecorado por sus méritos de guerra en esta isla y en Cuba y ascendido a teniente coronel. Era hijo de José María de Cora Aguiar, de Lagoa (Alfoz), que se casó en 1816 en Landrove (Viveiro) con Carmen Vázquez Cardóniga y Bando y hermano de Darío de Cora y Cardóniga, abuelo de los Cora y Lira, populares militares y carlistas.

Díaz Cora coincidió, en su etapa en las Antillas, con la única mujer de Viveiro que figura en la relación de inmigrantes de Cifre de Loubriel. Se llamaba Emilia Vilar Fernández Vanga y era hija de una familia que se asentó en Puerto Rico ?a la que se dedicará una página en esta serie- y que originó una notable saga de intelectuales. Emilia Vilar llegó a Manatí con 25 años y se casó en 1868 con José Ricardo Gago.

En esa segunda mitad del siglo XIX se habían radicado tambien en el país soldados de Viveiro de los que se ignora su posterior desempeño. Fueron Pascual Lorenzo Alvariño, hijo de José y María, de Viveiro, vecino de la Vega Baja en 1862; Rodríguez Teijeiro,de Viveiro, en San Juan en 1873; y Bonifacio Vizoso Martínez, hijo de José y Manuela, tambien de Viveiro, soldado, residente en la capital en 1874.

Siete se casaron en el país y a los hermanos Lago Martínez los reclamó el Concello

Al menos siete viveirenses se casaron y radicaron en Puerto Rico tras licenciarse del ejército colonial y recibir tierras para cultivar por parte de un Estado, el español, que seguía iniciativas similares a otras puestas en marcha por países de Centro y Sudamérica para poblar y cultivar su territorio.

Los siete fueron: Ramón Franco López, hijo de Vicente y Antonia, de San Juan de Covas, Viveiro, maquinista del vapor Triunfo, se casó en San Juan en 1872 con Joaquina Padilla, de Arecibo; Bonifacio Vizoso Casado, de Viveiro, soltero, licenciado del Ejército, vivió en Puerto Rico desde 1857 y se casó dos veces; Ramón Camba Fernández, de Viveiro, soldado del Regimiento de Infantería de Granada, primer batallón, 3ª Compañía de guarnición en PR en 1829, se casó en San Juan con Nicasia Rodríguez; Marcial López Cariño, hijo de Antonio y María, de Viveiro, residió en PR desde 1848, casado, carpintero de ribeira, murió en San Juan en 1883 a los 54 años, su esposa era Baldomera Padilla; Manuel Novo Fernández, hijo de Francisco y Teresa, de Viveiro, se casó en San Juan en 1815 con Manuela Vargas, murió en 1833 a los 41 años; Juan Rodríguez Alvarez, de Viveiro, se casó en San Juan en 1831 con Maria Tiburcia Fragoso; y José María Suárez Reus o Beus, hijo de José y Rafaela, de Viveiro, 32 años, vecino de Fajardo, se casa en junio de 1899 con Isabel López Rodríguez, de Fajardo.

De los 22 militares viveirenses en la isla, sólo dos fueron reclamados por el Concello de Viveiro: los hermanos Antonio y Manuel Lago Martínez, hijos de Benito y Antonia, el primero reclamado en 1874 y el segundo, tallado en la isla dos años antes.

martinfvizoso@gmail.com