La UD Ourense se juega buena parte de la salvación en Viveiro

David Cofán Mazás
David Cofán OURENSE / LA VOZ

VIVEIRO

Santi M. Amil

A cuatro de la permanencia, una derrota en Cantarrana podría ser letal para sus intereses

23 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La derrota ante el Estudiantil de la pasada semana deja a la UD Ourense en una situación delicado con respecto a sus opciones de salvación. Cuatro puntos por debajo de la misma, los rojillos no pueden permitirse más tropiezos, comenzando en Cantarrana (18.00 horas) el primero de una serie de cinco partidos vitales para no caer a Preferente.

No ganar al Viveiro podría suponer el estar a siete puntos de la permanencia a falta de cuatro jornadas. Aunque salvó una circunstancia peor hace tres jornadas, cuando el equipo se encontraba a ocho puntos de distancia, el tiempo de reacción se ha reducido y el haber perdido la renta de dos goles ante un rival virtualmente descendido, puede suponer un mazazo anímico muy complejo de superar.

Además, aunque ganar sea vital, los resultados de otros campos deben acompañar. CD Barco, Ribadumia y Arzúa están inmersos en lo más crudo de la pelea por la permanencia, a la que podrían arrastrar al Viveiro los hombres de Fernando Currás con un hipotético triunfo en el Ara Solis.

El rival no parece el más propicio, ya que junto con el Ourense CF, los de A Mariña lideran la tabla con 44 puntos, pudiendo dar carpetazo a la permanencia con una victoria, por lo que la UD Ourense se la jugará contra un equipo en buena forma y con una oportunidad ideal para cumplir con el objetivo.

Los hermanos Currás tendrán dos bajas seguras en Cantarrana, Durán y Migui, a la que podría añadirse una tercera, que sería el caso de Viti, que está arrastrando molestias a lo largo de la semana. Esta última una baja importante, al ser indispensable para el conjunto capitalino.

Tras dos jornadas seguidas al calor de su afición, vuelven a jugar fuera de casa, donde rompieron su mala racha en la última salida, en Fisterra. Por contra, el Viveiro no pierde en casa desde marzo.