Toca clases 2.0 para seguir en forma

Yolanda García Ramos
yolanda garcía VIVEIRO / LA VOZ

VIVEIRO

Clase de zumba online impartida esta semana a sus alumnos por Lorena Díaz, de Sala 5 (en Viveiro y Foz)
Clase de zumba online impartida esta semana a sus alumnos por Lorena Díaz, de Sala 5 (en Viveiro y Foz)

Lorena Díaz (Sala 5), Nuria Torrado (yoga) y Beni Martínez (matrona) describen el cambio del modo presencial al online con sus alumnos fruto de las restricciones por el covid

22 ene 2021 . Actualizado a las 21:50 h.

Determinada generación recordará a Eva Nasarre en Televisión Española con sus programas Puesta a Punto y En Marcha. Causó furor en los 80 para ponerse en forma en casa. Daba clases de aeróbic a través de otro tipo de pantalla, cuando Internet sonaba lejano a nivel doméstico. Hoy, la conexión online ya es nuestro pan de cada día. La pandemia del covid también lo es del 2.0 porque, a la hora de querer ejercitar cuerpo (y mente) y ante las restricciones más duras en parte de A Mariña, monitores y profesores de actividades físicas y de gimnasios no han tenido más remedio que reinventarse y abrazar el portátil y el wifi como salida a seguir en contacto, virtual, con sus alumnos. Y ayudarles a mantener la rutina.

No queda más remedio que mirar adelante, con nuevos modos de impartir que obligan, eso sí, a realizar una importante inversión en nuevas tecnologías. De hecho, Lorena Díaz, al frente de Sala 5, con centro en Viveiro ahora cerrado por las medidas y el de Burela trasladado a Foz desde el año pasado (aunque las clases focenses solo admiten 4 alumnos no convivientes máximo), confiesa: «Como xa vía vir a cousa, hai un par de meses empecei a traballar nunha plataforma de Sala 5 para poder impartir as clases, pero ainda non ma entregaron. Estas semanas vamos seguir facendo online, para dar cabida á xente que tiña o mes pagado». En esa metamorfosis profesional obligada, del presencial al online, valora así la respuesta de su alumnado: «Hai xente fiel, que te vai seguir... ata a lúa! Logo, tamén hai xente máis ‘coxa’, por dicilo dalgunha maneira, en tecnoloxías e quizás máis reacia, pero que bota man de fillos e dalgún familiar para conectarse. Fagas máis ou menos, o importante e que quero é que sigan exercitando. Ademais, os alumnos agradéceno». Esta semana, «tiven a primeira clase online de zumba, cunhas 20 persoas conectadas, e con xente de Viveiro, Ortigueira, Foz e Burela; tamén de Cariño e As Pontes -comenta-. Para jumping (foron preto de 40), deixeilles levar as camas elásticas para a casa». Esperemos, le digo a Lorena, que no acabe alguna lámpara en la basura... Se ríe.

Aunque toca tirar del plan B ante un cierre forzoso, Lorena Díaz hace balance de este tiempo difícil para sostener un negocio, que se alarga demasiado: «Lévase mal, fatal, porque xa vimos de época baixa (non houbo verán) e noso punto forte eran estes meses. Vivimos destes meses, dende outubro, todo o ano. A facturación foi o 10%. Unha miseria!».

Beni Martínez, matrona viveirense que trabaja en el Centro de Saúde de Vilalba, en imagen de archivo
Beni Martínez, matrona viveirense que trabaja en el Centro de Saúde de Vilalba, en imagen de archivo XAIME RAMALLAL

La matrona Beni Martínez imparte educación maternal por Internet: «Veo más pros que contras»

La vía online también es factible en circunstancias en las que antes de la pandemia nos podría parecer inverosímil, como la educación maternal, dentro de la cuál se incluye la preparación al parto y la atención profesional post-parto, campos en los que es gran experta, con años de veteranía, la matrona viveirense Beni Martínez, que trabaja en Vilalba: «Por un lado, estoy dando las clases a las embarazadas de mi centro de salud (llevo seis concellos: Abadín Cospeito, Muras, Xermade, Vilalba y Guitiriz), de nueve a doce de la mañana y a las doce, cursos de masajes de bebés y posparto». Por otro, comenzó con otro grupo en Viveiro, donde vive, pero puede y desea extenderlo a mujeres de más concellos. «Si a alguien le interesa, que me llame», apunta.

«Hacemos lo mismo que en una clase presencial, con alguna variante pero con la ventaja de no tener que llevar mascarilla y poder estar la mamá con gente con la que conviva», destaca. «Es una buena medida. Además, los medios y las redes me entusiasman. ¡Estoy en mi salsa!», dice, añadiendo: «Yo veo más pros que contras en esta situación y una vez que se normalice creo que hay que dejar un espacio para seguir impartiendo también online, a las que no puedan asistir a clase por trabajo o estén lejos. No hay que descartarlo después. Si tiene algo bueno esta pandemia es que nos fuerza a adaptarnos, a todos». «¡Y que las embarazadas tengan lo que se merecen! Es cuestión de derechos, tienen que exigirlo», finaliza Beni.

Nuria Torrado, profesora de yoga en Viveiro, Xove y Cervo, en una imagen de archivo
Nuria Torrado, profesora de yoga en Viveiro, Xove y Cervo, en una imagen de archivo PEPA LOSADA

Nuria Torrado, profesora de yoga: «En mis clases online hay conexión, no solo de wifi, y es de la buena»

«Empecé el 7 de enero e imparto martes y jueves, dos días a la semana», indica Nuria Torrado, profesora de yoga en A Mariña desde hace 25 años, que se ha decidido a probar a impartir por Internet sesiones que, antes del endurecimiento de las medidas, eran 100% presenciales en Xove, Cervo y Viveiro. Sesiones en las que combina asanas y meditación, fundamentalmente, prácticas muy beneficiosas para contrarrestar los efectos de la tensión por la pandemia, además. La experiencia le ha sorprendido, para bien: «. Para mí es todo nuevo, al estar acostumbrada a clases presenciales y pasarme a todo esto. Me sorprende porque pensé que me iba a gustar menos, ya que me gusta el contacto con la gente. Pensé que me iba a sentir rara y extraña hablando a una cámara, pero siento a la gente ‘cerca’, a nivel energético». «Hay conexión, no solo de wifi, y es de la buena», agradece. «Con las tecnologías, me estoy poniendo al día. Pero tuve que hacer una inversión grande: tuve que cambiar el portátil, comprar cámara, focos... Y tuve mucha ayuda para poder aprender cómo hacer y poder conectarme. Sola no lo hice». En cada sesión, valora, también aprende. No solo sus alumnos a perfeccionar el saludo al sol o el pranayama.

«Ha sido un esfuerzo grande»

«Aunque sí es una alternativa temporal, voy a intentar, en mi caso, de hacer clases online después también, no todas presenciales», indica. «Con las clases de yoga online estoy contenta, aunque para mí ha sido un esfuerzo grande a nivel económico y supone, de repente, otra forma de trabajo, de dar clases y de conectarme con la gente. Para mí ha sido una oportunidad», finaliza.