Veinticinco personas como máximo en los actos religiosos en iglesias de Viveiro y Burela

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La iglesia de Santa María, en Viveiro, en una imagen de archivo
La iglesia de Santa María, en Viveiro, en una imagen de archivo PEPA LOSADA

La diócesis reduce a la mitad el límite general por la pandemia

08 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Dentro de su «compromiso e colaboración coa sociedade para evitar a expansión do covid-19», la diócesis de Mondoñedo-Ferrol ha reforzado las medidas preventivas en los actos religiosos que se celebren en los templos de las localidades cerradas perimetralmente por la Xunta. En A Mariña atañe a los municipios de Viveiro y Burela, en alerta roja. Desde este sábado y, en principio, hasta el 4 de diciembre, a los actos religiosos en las iglesias viveirenses y burelenses podrán asistir un máximo de veinticinco personas. No varía en el resto, donde el máximo se mantiene en cincuenta personas, como desde el 5 de noviembre.

Adaptándose a las restricciones decretadas por el Gobierno gallego, la diócesis recuerda que el aforo «deberá publicarse nun lugar visible» en cada templo. En ningún caso, añade, podrá superar la mitad de la capacidad.

También reitera la prohibición de celebrar actos religiosos en el exterior de los edificios o en las vías públicas. Igualmente recuerda la obligación de respetar las distancias de seguridad, el uso obligatorio de las mascarillas, la limpieza de manos con gel hidroalcohólico y la desinfección de las iglesias tras cada uso. Insiste, además, en evitar las aglomeraciones a la entrada y salida, en la «ausencia de auga bendita» y en el resto de «disposicións na liturxia» vigentes desde junio.

Funerales, velatorios y entierros

El tope de veinticinco personas en Viveiro y Burela y de cincuenta en el resto de la comarca rige para los funerales. En cuanto a los velatorios, «podrán realizarse en todo tipo de instalacións, públicas ou privadas, debidamente habilitadas, cun límite máximo de vintecinco persoas en espazos ao libre ou de dez en espazos pechados, sexan ou non convivintes». En entierros o cremaciones, además del sacerdote, el máximo de asistentes será de veinticinco personas.

Cualquiera de esas normas podrá «cambiar segundo evolucione a emerxencia sanitaria», añade un comunicado que firma Antonio Rodríguez Basanta, delegado del administrador diocesano.