Cuando toca lidiar con el covid a nivel escolar: «É un curso moi estresante»

y. garcia VIVEIRO/LA VOZ

VIVEIRO

XAIME RAMALLAL

El Sergas informó ayer de tres casos en el CEIP Vista Alegre de Burela

29 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A todos los niveles nos toca lidiar este año (y a ciencia cierta el que viene también) con el covid. Hace más de un mes, cuando comenzaron en septiembre las clases en colegios e institutos y abrieron guarderías, había una palabra en el aire: incertidumbre. Cierto temor a saber, primero, cómo arrancaría el curso y, ahora que ya está en plena marcha, preguntándonos cómo discurre si salta algún caso de escolar positivo. Los primeros en detectarse en centros educativos de A Mariña han puesto a prueba los estrictos protocolos y suponen un reto extra para toda la comunidad, desde la dirección, el profesorado, apas, padres y niños.

Ayer consultamos cómo afrontan tres directores una situación así, el funcionamiento del aula desde el minuto cero en que se notifica un positivo en ella, en esos casos con origen en entornos familiares o social exterior. La directora del CEIP Landro de Viveiro señalaba ayer, a media mañana, que seguían teniendo un caso de un niño de cuatro años, un aula cerrada y que de las PCR realizadas a otros alumnos con resultado conocido, este fue «negativo». Se siguen haciendo más pruebas, indica. «O noso caso veu dun brote familiar e, de momento, frenouse no centro. Aínda que faltan resultados, estamos esperanzados porque os colexios son os lugares máis seguros», señala. «Polo que estamos vendo, por agora, axudamos a controlalo», añade. Destaca el rápido funcionamiento de la plataforma Educovid de la Xunta: «Aquí xa nos saltou a alarma o domingo, antes de que a familia chegase a comunicalo ao centro». Los alumnos de la aula del menor que dio positivo, informa, están en sus casas: «A profesora está traballando con eles de forma telemática; agora, facendo manualidades para Samaín. Non se pode perder o contacto(...) É a maneira que temos para seguir para diante, porque todo o colexio non pode volver para a casa como en marzo», finaliza. «É un curso estresante», reconoce.

Más resultados, «negativos»

Otro centro viveirense, el CEP Lois Tobío, mantenía ayer a media mañana la cifra ya conocida de dos positivos (uno en primero y otro en quinto de Primaria) sin tener que cerrar aulas. «Por agora non apareceron máis positivos, pero estamos pendentes», señala la directora. En su caso, también continúan las pruebas pcr a compañeros más próximos. Los resultados que ya llegaron, dice, han dado «negativo». «O medo que temos é que afecte ao bus ou ao comedor», añade. «Pasada a semana anterior, parece que se tranquilizou un pouco a cousa, pero si que os pais e nais se asustan moito», dice por experiencia.

«Tamén son pai e póñome no seu lugar», opina el director del CEIP Vista Alegre de Burela, con tres casos en la mañana de ayer, según notificó el Sergas: «A parte dos compañeiros xa os chamaron para facer as probas e nalgúns sabemos que deron negativo». «Levámolo como podemos», reconoce, preparándose el centro, a su vez, para sacar partido a las nuevas tecnologías cuando es preciso y toca cuarentena de parte del alumnado. «O fin é que non se chegue a parar a actividade lectiva», recalca. Reconoce que detectar ya solo un positivo produce una intranquilidad generalizada. Desde la dirección de ese centro intentan, apunta, «darlles aos pais e nais a información ata onde podemos». Y aunque «o protocolo se sigue estrictamente», detectan que en servicios como el comedor el número de usuarios ha descendido en esta semana.

Aprender a «convivir»

El covid, sin duda, va a asemejar este curso, a tenor de lo ya percibido y sin cerrar aún el primer trimestre, a una montaña rusa. «Tocounos agora ser dos primeiros na Mariña», ven desde el colegio burelense, pero creen también que algún que otro positivo, más tarde o más temprano, saltará en más centros de la costa. La clave sería aprender a «convivir» con esta realidad no grata y salir lo mejor posible que se pueda de ella. «Nós estabamos moi ben —recuerda la directora del CEIP Landro— pero é inevitable. Se se vai levando, e frenando...».