La ruina del primer local hostelero que tuvo terraza-jardín en Viveiro

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

VIVEIRO

El Concello de Viveiro afirma que ha enviado al propietario varios requerimientos, que el hombre alegó sin éxito; e incluso una multa que recurrió judicialmente en un litigio que le dió la razón al Ayuntamiento
El Concello de Viveiro afirma que ha enviado al propietario varios requerimientos, que el hombre alegó sin éxito; e incluso una multa que recurrió judicialmente en un litigio que le dió la razón al Ayuntamiento XAIME RAMALLAL

Vecinos vuelven a alertar sobre las grietas y el abandono de la antigua sala de fiestas de Covas

27 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Carteles anunciando actuaciones en la discoteca Rosa Lar de Ribadeo o en la Zeus de Pontedeume cubren las ventanas de la planta baja del negocio hostelero que en su día abrió al público la primera terraza-jardín que hubo en Viveiro, y cuyo estado de ruina y de abandono parece imparable. La antigua sala de fiestas de Covas, donde actuaron artistas como Julio Iglesias, Los Brincos o Juan Pardo y que en sus últimas etapas funcionó como discoteca Seiramar, supone cada vez un riesgo mayor debido al deterioro de sus estructuras. Vecinos de la zona alertan de que las grietas que cubren la fachada trasera del inmueble situado en el número 45 de Suasbarras, frente a la playa de Covas y Os Castelos, son cada vez más profundas y visibles. También advierten del peligro que, a su juicio, supone la existencia de un enorme depósito de agua de hormigón situado en una esquina del tejado, y que podría precipitarse hacia el camino que separa la sala de fiestas del Pazo de Grallal: una vía pública muy estrecha, pero por la que transitan a diario decenas de vehículos y de peatones.

Varios informes del Concello

Desde la Oficina de Rehabilitación del Casco Histórico de Viveiro señalan que en los últimos cinco años han emitido varios informes técnicos haciendo referencia a las medidas que debe adoptar de manera inmediata la propiedad del antiguo Hotel Cociña. Los documentos, que también incluyen presupuestos de las obras orientativos, indican que son imprescindibles actuaciones para consolidar, sobre todo, elementos externos que corren el riesgo de caer. Es el caso de los balcones de hormigón de la fachada principal, que se van deshaciendo poco a poco, así como de todas las instalaciones de cableado telefónico y demás que recorren las paredes exteriores. También de todos los apliques ornamentales o antenas parabólicas.

Los citados estudios también contemplan que es necesario demoler un alpendre que hay en la parte posterior y que está totalmente cubierto de maleza, así como el cierre de huecos y la limpieza de la vegetación del interior de la finca «que termina invadiendo todo». Técnicos municipales han señalado la importancia de que los dueños «garanticen el envolvente», es decir, que pongan todas las fachadas y cubiertas en condiciones de seguridad para evitar los riesgos de caída. Y aseguran que basura y escombros han convertido la finca «en un pequeño vertedero».

Detalle del depósito de agua de hormigón situado en el tejado del antiguo hotel Cociña; algunos vecinos temen que caiga a la vía pública
Detalle del depósito de agua de hormigón situado en el tejado del antiguo hotel Cociña; algunos vecinos temen que caiga a la vía pública XAIME RAMALLAL

El dueño ha solicitado permiso al Concello para iniciar obras

Una hormigonera y andamios desmontados, así como movimientos de empresas de albañilería e instalaciones junto al antiguo hotel Cociña en los últimos días, dan pistas de que en breve podrían dar comienzo trabajos para consolidar la estructura de un edificio que lleva más de una década abandonado, y que pudo ser vendido en pleno bum urbanístico. Según el Catastro, la finca supera los 3.200 metros cuadrados. «Pero naqueles anos se che daban un, pedías dez, e ao final quedou sen vender», indicó ayer un vecino. Desde el Concello precisan que el actual dueño del negocio que fundó Antonio Pérez Cociña, Cariñés, ha presentado «comunicación previa» para reparar la fachada, limpiar hierbas, retirar elementos mal sujetos y tapar desconchados y grietas. El Concello resalta que lleva años enviándole requerimientos, e incluso una multa que fue recurrida por el dueño en un litigio que dio la razón al Ayuntamiento.