Nace la Fundación Sergio Villar para colaborar con los colectivos más desfavorecidos
RIBADEO

Una familia de Ribadeo, residente en A Coruña, promueve la organización inspirada en la vida y humanidad del joven
22 abr 2025 . Actualizado a las 17:34 h.La Fundación Sergio Villar ya está en marcha para poner todo de su parte para contribuir a hacer el mundo un poco mejor, con el foco puesto en los colectivos desfavorecidos, con especial atención a la infancia y la adolescencia. Dado que ya hay un gran número de organizaciones dedicadas al ámbito asistencial, se propone actuar preferentemente, y en la medida de sus posibilidades, a un nivel estructural, sentando bases para impulsar valores como la igualdad, la cooperación, el respeto o la autonomía.
Sergio Villar Díaz es quien inspira la fundación, un joven ribadense fallecido hace dos años en un trágico accidente de tráfico en Xove, cuando tenía 18 años, en el que perdieron la vida otros tres amigos suyos: Lara, Uxía y Jesús.

Sergio era un chico participativo, dinámico, culto, aficionado al teatro y muy involucrado en causas sociales y por la igualdad. Sus padres, Víctor Villar y Loli Díaz, necesitaron poner espacio con Ribadeo, con un lugar y una cotidianeidad que tantos recuerdos les traían, y optaron por trasladarse a A Coruña, donde estudiaba su otro hijo y hermano de Sergio, Luis.
Allí, con otros familiares y amigos, han creado la Fundación Sergio Villar, cuya página web se activó este lunes. Nada mejor que la carta abierta dirigida al joven Sergio para resumir su objetivo: «De alguna manera, tu forma de entender la vida nos inspira y, en la medida en que nos sea posible, procuraremos defender la alegría y la diversidad, intentaremos brindarle oportunidades a aquellas personas que no tuvieron mucha suerte en la lotería social y trabajaremos para extender una conciencia respetuosa con el planeta y las otras especies que lo habitan, como tú querías».

Ayer, Víctor Villar lo recordaba así: «Sergio tiña moita sensibilidade social. Sempre tivo unha mirada moi limpa. A medida que imos medrando ímonos contaminando, pero el conservou esa mirada, esa forma que tiña de ver o mundo sen xulgar que nos abría moito a mente aos demais. Quería dedicarse a algo que tivera que ver co traballo social, e que mellor xeito de seguilo integrando no noso proxecto vital que transformando a dor en algo positivo facendo cousas que el podería ter feito, contribuír como ía facer el a facer o mundo un pouco mellor».
La fundación ya está en marcha con algunos proyectos. «Centrámonos na posibilidade de crear vínculos sociais, que cada vez están máis deteriorados. Hai unha inercia cara o individualismo e nós queremos traballar no ámbito comunitario. Ir ás causas dos problemas, non centrarnos solo nas consecuencias. Por iso máis que a función asistencial, que non a desbotamos e para iso un dos obxectivos é crear becas-axuda para atender casos puntuais, queremos contribuír a crear estruturas de futuro, a aportar para cambiar as cousas», añade Víctor Villar.
Por ejemplo, ahora están trabajando en un proyecto sociocomunitario de prácticas restaurativas para el ámbito educativo (alumnos, familias y profesores), consistente en que profesionales del campo social y jurídico exponen un modelo de resolución de conflictos basado en el diálogo que está dando muy buenos resultados en comunidades autónomas donde se está implantando, enfocado a pautas de educación emocional, a abordar el acoso escolar, etcétera.
Otro proyecto, denominado Verea, concebido también para trabajar en el ámbito escolar, trata sobre educación ambiental y se desarrollará bajo la coordinación del ribadense Iván Rodríguez Lombardero.
El abanico de proyectos y posibles actuaciones es muy amplio. La Fundación Sergio Villar está declarada por la Xunta de interés público gallego y, probablemente, alguna de sus actuaciones llegará a Ribadeo: «Queremos ir alí. Devolver todo o cariño que nos deron», apunta Loli Díaz.
La fundación trabaja en colaboración con diferentes entidades y de momento la acogida que está teniendo en A Coruña, apuntan Víctor y Loli, «está a ser moi boa. Nós somos promotores dos proxectos, pero as prácticas restaurativas son profesionais quen as teñen que desenvolver. Esta é a idea, e polo de agora todo está indo ben. O tempo dirá a onde chegamos».