«Tuvimos clientes de Madrid y de Valencia que nos trajeron a sus perros huyendo del calor»

María Cuadrado Fernández
MARÍA CUADRADO RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

Santiago Solloso y Jennifer Álvarez, con uno de los peludos en la residencia canina
Santiago Solloso y Jennifer Álvarez, con uno de los peludos en la residencia canina Cedida

Más de 800 animales ya se han alojado en la residencia canina Amigos de Nico, que abrió hace año y medio en Ribadeo

21 sep 2024 . Actualizado a las 09:33 h.

«Aquí vienen a jugar, a correr, a pasarlo bien». Santiago Solloso, de 32 años, habla de los perros que cuida como si fueran suyos. Quizás porque ese sentimiento es fundamental para ponerse al frente de una residencia canina. Él dio el paso en marzo de 2023 en Ribadeo y puso en marcha Amigos de Nico, siendo el primer negocio de este tipo y con estas características que funcionó en la comarca de A Mariña, con clientes desde Viveiro a Luarca, como él indica.

Cree que fue valiente al invertir sus ahorros para crear este servicio, pero hoy en día está satisfecho, siente que es un trabajo que le reconforta y, aunque también ofrece servicio de baño (a perros alojados y a externos), ya está estudiando ofrecer otros como el de peluquería.

Desde que abrió sus puertas, más de 800 perros ya se han alojado en las instalaciones de la guardería canina. Y aunque todos tienen caracteres diferentes, de ellos guarda buen recuerdo y asegura que aprende día a día. La residencia está en la calle Paco Lanza, número 5, y en los meses de junio, julio, agosto y septiembre registra las ocupaciones más elevadas del año. Tiene 20 boxes totalmente preparados y con una superficie cada uno de unos 20 metros cuadrados.

Además de esta estancia, los perros disponen de espacios comunes y de una parcela de recreo en la que juegan, por donde corren y donde se relacionan con otros compañeros peludos. Estos espacios disponen de sombra, la zona está vídeovigilada y con alarma en cada puerta, puntualiza el titular de este negocio, que cuenta con la ayuda de su pareja, Jennifer.

«El 60 % de nuestros clientes son gente con mascota que tiene entre 20 y 40 años», remarca Santiago que asegura que el perfil de los usuarios de la residencia es muy variado, desde dueños de perros que buscan una guardería para dejarlos varias horas al día porque ellos trabajan, gente que se va de vacaciones y que necesita los cuidados de la residencia e «incluso gente que va a pintar la casa y que no quiere tener el perro por el medio de las obras».

«El que prueba por primera vez es fácil que repita. Ellos vuelven encantados y nosotros también nos encariñamos mucho con ellos», reconoce el dueño de la residencia Amigos de Nico. Si en las estaciones de otoño e invierno es habitual que tengan clientes de Ribadeo y de la zona, en verano tienen mucha demanda de visitantes: «Hay gente que vino en verano el año pasado y este año volvió, e incluso tuvimos clientes de Madrid y Valencia que nos trajeron a sus perros huyendo del calor y ellos volvieron a sus ciudades para continuar trabajando».

A Santiago le gusta hablar de transparencia porque cree que en este negocio lo fundamental es la confianza y que el animal esté contento. «Nosotros le enviamos dos vídeos al día a sus dueños para que vean que están bien atendidos, también les damos medicación si la necesitan y otros cuidados. La residencia tiene siempre las puertas abiertas e incluso hay gente que viene a visitar a perros aquí alojados temporalmente que son de familiares o amigos».

Las reservas se pueden hacer a través de la web (www.amigosdenico.es) que está operativa las 24 horas del día, y las estancias de los perros en la guardería varían: «Los hay que están un día y también tenemos perros que están varios meses». Obligaciones laborales o familiares, imprevistos, viajes... siempre hay situaciones que trastocan la rutina diaria en los hogares, y la residencia está preparada para ayudar y prestar servicio: «Nuestros clientes adoran a sus perros, hay que pensar que aquí la gente paga porque le cuides al perro y lo hacen porque ellos no pueden».

Pese a que el negocio va bien y hay demanda —en verano están prácticamente a tope y la media del otoño-invierno se sitúa en 10-12 animales al día—, Santiago Solloso no piensa ampliar: «Lo único que quiero es que los animales estén bien atendidos. No pienso en ampliar porque no quiero que se convierta en algo impersonal, sino que quiero seguir manteniendo un trato directo tanto con los perros como con los dueños. Estoy viviendo una de las etapas más felices de mi vida».

Poco más tiene que decir este apasionado de los animales que bautizó la residencia como Amigos de Nico en honor a su perro Nico, un labrador de 11 años y sordo de nacimiento. Uno más en la guardería.