Tras 10 años juntos, la pareja viajó sola a Galicia, se casó ayer y hoy regresa a su hogar en Huelva para comunicar la feliz noticia a sus familias en la reunión de Nochebuena
25 dic 2022 . Actualizado a las 21:21 h.Alejandro Calvo Mateo y Cristina Ortiz Rodríguez son los protagonistas de una romántica historia, de una ilusión que ayer hicieron realidad. Hoy confían sorprender a sus familias, a las de ambos, durante la reunión de Nochebuena ya en su domicilio en Huelva con la noticia que les darán: su matrimonio en secreto, horas antes, en Ribadeo.
La idea la venían madurando y gestando desde meses atrás. Alejandro y Cristina son pareja desde hace diez años, con un hijo de dos. «Teníamos ganas de vivir esta historia, nuestro matrimonio, de una forma íntima», cuenta Cristina.
Ribadeo surgió porque buscaban un lugar próximo al mar. La posibilidad de casarse en un faro, el de Illa Pancha, y alojarse en uno de sus apartamentos turísticos fue el detonante que les llevó a decidirse. El miércoles, ellos solos, viajaron de Huelva a Ribadeo y ayer se casaron, no el faro, sino a unos metros, en el fuerte de San Damián, junto a un olivo que también tiene un marcado simbolismo para ellos. De hecho, en lugar de ponerse anillos se los tatuaron con una hoja de olivo y la fecha de su enlace: «Alejandro me pidió matrimonio junto a un olivo», apuntó Cristina.
Precisamente los tatuadores fueron los testigos en la ceremonia, que ofició el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez, que les leyó un poema de Manuel María titulado Amor; junto a un funcionario que ejerció de secretario. Con ellos, un fotógrafo, ElFarero, que recabó testimonio gráfico del acontecimiento, y el encargado de poner la música que ellos meticulosamente eligieron, también con un cargado simbolismo. Nadie más.
«Al alojarnos en el faro y al casarnos en el fuerte, junto al olivo, hemos unido las dos cosas que buscábamos. Ha sido muy bonito», contaban ayer. Hoy estarán de camino de regreso a Huelva, para sorprender a sus familias: «En la cena de Nochebuena, con las fotos que nos han hecho les vamos a dar la noticia a toda la familia».
Felices, apuntaban que la iniciativa ha sido todo un acierto: «No hemos podido elegir un lugar mejor. El trato que nos han dispensado ha sido excepcional. Ribadeo no lo conocíamos, pero no solo ha cumplido, sino que ha superado con creces nuestras expectativas. Volveremos, sin duda, a visitarlo», comentaba Alejandro. Y eso que el día, gris, no acompañó: «Pero no llovió durante la ceremonia, que fue muy emotiva. Ahora si llueve ya nos es igual, nos tocará mojarnos».
La familia les espera para celebrar la Nochebuena. Una Nochebuena, sin duda, especial.