El hombre de las 4.000 conchas, fósiles e insectos reunidos en tres décadas

y. garcía RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

PEPA LOSAD

David López expone una pequeña parte de su colección en la Oficina de Turismo de Ribadeo estas navidades

30 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Según su artífice, es una ínfima parte de su colección particular de conchas (malacología), insectos (entomología) y fósiles marinos lo que en estas navidades se puede ver en la exposición de David López Álvarez (Ribadeo, 1970). Es empleado en Alcoa -«Esperemos que todo salga bien, comenta sobre la crisis de la factoría en A Mariña- y coleccionista. Desde pequeño sintió fascinación por esa parte de la biología, una pasión que nació al acompañar a su padre cuando mariscaba o marineros le traían ejemplares: «¡La ilusión que me daba!». Comenzó a los 10 años de edad, indica, llegando a reunir hasta hoy unas «tres mil especies distintas de todo el mundo», que en cifra de ejemplares traduce a «unos cuatro mil»: algunas habituales y otras raras del entorno o de confines del planeta tan muy recónditos, desde lo más profundo y menos explorado del mar como las aguas abisales a lo más elevado como la alta montaña, «con ejemplares que también son interesantes porque hace diez mil años el clima de la península era muy distinto al actual». López menciona, por ejemplo, el bathymodiolius (del género de los mejillones), otros que ha conseguido con intercambios con coleccionistas de Filipinas, Estados Unidos, Australia o Sudáfrica, entre otros países, tropicales muy vistosos o de áreas remotas como el Ártico ruso.

Sobre el origen de su afición, que ha cultivado durante treinta años, dice: «Cada uno tiene algo que nos hace especial, una inquietud. A mí me salió esto. Otro sale futbolista, etcétera». No quiere decir que de niño fuera extraordinario en Naturales: «Era normalillo. Lo que pasa es que leía libros y cuando preguntaban en clase yo respondía y me decía el profesor ‘eso no toca’».

Sin embargo, preguntado por los ejemplares a los que más «cariño» tiene de su colección, el ribadense apunta a unas conchas que le dio su abuela, las que consiguió de pequeño y de tiendas que ya cerraron. También añade: «Me trajo hace poco un compañero, Cabaleiro, al que quiero mencionar y le mando un saludo, una pieza de coral muy extraña, adherida a una boya». En cuanto a los fósiles, parte de ellos eran de su padre, señala David López.

Conciencia medioambiental

Uno de sus sueños sería que su colección pudiese servir de «complemento» al proyecto futuro en torno al Monumento Natural de As Catedrais, una colección «expuesta al público y que la gente la pudiese disfrutar». «Si en un futuro las administraciones hacen de una vez el proyecto de As Catedrais, si se tomara en serio, sería algo complementario, un impulso para Ribadeo». No solo a nivel turístico. Contribuiría, sostiene el coleccionista, a concienciar a la población sobre la degradación medioambiental e incentivar la protección de nuestro entorno, de un alto valor ecológico que muchas veces desconocemos. «En Ribadeo hay un yacimiento de 470 millones de años, aproximadamente, y en Castropol otro, aún más antiguo. Del período cámbrico», comenta. La contaminación y el cambio climático tienen su efecto negativo y ya está aquí: «Muchas veces voy por las playas y es asombroso comprobar, cada vez, la cantidad de biodiversidad que se está perdiendo. Veo especies como la oreja de mar, que antes no había, o ahora, levanto una piedra y todo está plagado de ostra japonesa. Muchas especies mediterráneas también están apareciendo aquí, o que son de zonas de aguas más calientes».