Arte sobre lienzos de cartón yeso

j.a. RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

J.A.

El aparejador Luis Pereira expone en Ribadeo cuadros que realiza con material de construcción

23 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Pereira, aparejador nacido en Vegadeo y que vive y tiene su centro de trabajo en el triángulo del Eo (Castropol-Ribadeo-Vegadeo), muestra estos días el fruto de una de sus grandes aficiones, la pintura, con la exposición Texturas en blanco y negro, instalada en el Hotel Loriente y en el gastrobar Cayo Coco de Ribadeo. Parte de la singularidad de su obra radica en los materiales que utiliza, con lienzos de cartón yeso (yeso laminado, conocido también por su nombre comercial, Pladur) y otros derivados de la construcción, que le permiten dar rienda suelta a su inspiración jugando con las texturas y volúmenes.

«Siempre me gustó la pintura, pero no encontraba el medio más adecuado. Lo intenté con el óleo, el dibujo... pero no me satisfacía. Un día, estando en una de tantas obras que he llevado estos años, me encontré a un grupo de operarios sellando las juntas de Pladur, y me dije: ‘Esta pasta puede dar juego’. La tomé, con unos recortes de pladur, compré pintura acrílica al agua y me puse a ello. Por entonces había acabado de leer un libro de Stephen Hawking, El universo en una cáscara de nuez, y me inspiró. Fue un momento especial y en poco tiempo pinté una veintena de cuadros y los expuse en la Casa das Letras. Fue mi primera exposición, en 2009», explica.

«Los materiales que utilizo dan mucho juego, porque con la pasta de sellar puedes trabajar volúmenes, incluir alambre, madera, tablas..., para buscar otras formas y dar rienda suelta a la creatividad. Con este material puedes mezclar pintura con agua o esperar a que se seque y pintar después. Hice otras series de fósiles y fluidos, con pintura más fluida, y en 2012 paré de pintar. Pero recientemente me ha vuelto el impuso», continúa relatando.

Su forma de trabajar exige rapidez: «Sí, porque la pasta de sellar seca, acaba fraguando, de modo que cuando me pongo a pintar tengo que hacerlo con una idea preconcebida muy clara. El problema es que un cuadro es algo vivo, que cuando estás con él te pide otras cosas que quizás no se ajustan a lo que tenías pensado. Pero al final es muy divertido. A mí me llena mucho»

El resultado se puede ver estos días en Ribadeo.