Ribadeo busca proteger su galeón declarándolo Bien de Interés Cultural

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

El Concello inicia la tramitación, llevando a pleno la solicitud que remitirá a la Xunta

19 sep 2019 . Actualizado a las 16:09 h.

Nadie duda ya de la relevancia histórica y cultural del galeón hundido en las inmediaciones del canal del muelle de Ribadeo, frente al relleno de la escollera, el San Giacomo de Galizia, en su época un coloso de los mares, de 34 metros de eslora y 1.200 toneladas de capacidad de carga. Se hundió en 1597 tras varar y quedar ligeramente adrizado, lo que permitió en aquel momento recuperar buena parte de su dotación y las maderas, que se usaron para hacer otro galeón. Pese a que en la actualidad solo se conserva una parte del casco, desde la quilla hasta la segunda de las cuatro cubiertas que tuvo, este pecio que es el galeón español del siglo XVI mejor conservado en el mundo y constituye, pues, un testimonio único.

Fue descubierto en 2011, cuando se dragaba el canal, y en posteriores intervenciones arqueológicas para calibrar la importancia del pecio se tomaron medidas para protegerlo, como cubrirlo con una malla. Las sucesivas campañas de investigación realzaron la relevancia del galeón, como un testimonio único de una época en la que España era la primera potencia mundial. Pero también desvelaron que el pecio sufre o, cuando menos, corre un evidente riesgo de deterioro y que urge protegerlo más. Y uno de los instrumentos para propiciarlo pasa por su declaración como Bien de Interés Cultural, que ahora va a solicitar el Concello.

Este jueves, en comisión informativa, el alcalde, Fernando Suárez, presentará la solicitud a los grupos políticos. La próxima semana se aprobará en pleno y se remitirá a la Xunta, que será quien decida si se declara BIC el galeón. Todo apunta a que será así, ya que hay una sintonía previa sobre el asunto, a raíz de las últimas intervenciones arqueológicas que financió la Xunta.

 

Si se declara BIC la zona arqueológica, las medidas de protección se aplicarán sobre el área donde se encuentra hundido el galeón. La declaración del BIC no lleva implícita ningún tipo de ayuda o intervención de la administración, pero sí se ratifica el interés, en este caso, del espacio donde está el galeón y corresponde a la Administración velar por su protección. Una consecuencia podría ser, por ejemplo, evitar a medio plazo que las maniobras de los mercantes se realicen en las inmediaciones.

Segundo intento

Esta será la segunda ocasión en la que se solicite la declaración de BIC para el galeón de Ribadeo. En 2017 lo hizo la Asociación de Amigos del Galeón, pero la Xunta no contestó en el tiempo estipulado, con lo que se consideró denegada.

El arqueólogo submarino Miguel San Claudio, quien más conoce del galeón San Giacomo, saludó la iniciativa del Concello de Ribadeo: «No soy jurista y no sé qué consecuencias se derivan de la declaración ni cómo va a repercutir, pero sin duda se trata de un paso más para conseguir el mayor reconocimiento internacional posible para el galeón de Ribadeo».

En el concello ribadense hay en la actualidad tres BIC declarados: el fuerte de San Damián, la Torre dos Moreno y las murallas.

El precedente del San Diego

Hay un precedente de un galeón español declarado BIC. Lo fue por la Comunidad de Madrid en 1999 y se trata del

San Diego

, un barco de 800 toneladas que formaba parte de la Armada de Felipe II y que fue hundido por la flota holandesa unos años después que el

San Giacomo

, el 14 de diciembre de 1600, en aguas de las islas de la Fortuna, en Filipinas. Nada se supo del

San Diego

durante 400 años hasta que en 1991 un cazatesoros submarino (para otros un arqueólogo), Frank Goddio, lo localizó hundido a 54 metros de profundidad, y en colaboración con el Museo Nacional de Filipinas extrajo más de 6.000 objetos de su interior, todo un tesoro, desde porcelana Ming a joyas, orfebrería mexicana, monedas, armas y cañones. Pero no hizo arqueología, ni planimetría, que hubiera permitido estudiar el buque. Tampoco nada se supo de la tripulación de entre cien y 300 hombres que fallecieron en el naufragio.

Buena parte de las piezas y restos del galeón fueron adquiridos en 1998 por la Comunidad de Madrid y Cajamadrid por unos 800 millones de las antiguas pesetas. Parte de esos objetos pueden verse en el Museo Naval de Madrid. Otros se encuentran en el Museo Nacional de Filipinas y en el Guimet de París.