Camarera de noche, percebeira de día

a. q. RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

J.A.

«Hai días que me chega ben, pero gústame o traballo e cumpro», dice Coté Fernández del Río, vecina de Rinlo (Ribadeo), que compagina dos empleos

31 jul 2019 . Actualizado a las 23:52 h.

Percebes de día, copas de noche. Esa es la rutina de trabajo que sigue Coté Fernández del Río, una rinlega que además, y sobre todo, es madre, y de tres niños. Cada noche atiende a los clientes tras la barra en el pub Ribanzo de Ribadeo. Es un rostro muy conocido: «Moitos clientes chancean e pídenme unha de percebes», dice con una sonrisa. Estos días, con la fiesta de Rinlo en el horizonte (el próximo sábado), la faena se le multiplica, porque cada percebeiro puede coger hasta diez kilos diarios. Se levanta al amanecer y a mariscar dedica buena parte de la mañana. Como se van a consumir en la fiesta de Rinlo, evita tener que ir a media tarde a la rula a venderlos. Un respiro que agradece. Y por la noche, le espera el Ribanzo, entre semana hasta las tres de la madrugada y los fines de semana, a veces entre reponer y hacer vacío, hasta las siete. «Vas acumulando o cansazo e hai momentos que chega ben, pero gústame o traballo e cumpro», dice.

Lo de ser percebeira le viene de cuna, pues lo fue su madre. Desde hace unos cinco años se dedica profesionalmente a ello. Como camarera ya trabajó en varias etapas de su vida. Tras su separación dice que ha vuelto «porque hai que seguir adiante e buscar a vida». Después del trabajo está el día a día, los niños, el ocio... No se plantea si compensa o no este ritmo de vida: «A min gústame. Hai momentos que custa arrancar, pero unha vez no traballo lévase ben». Y, ahora, la fiesta de Rinlo. Coté echa cuentas. «Teño que estar ás sete no porto, así que supoño que irei sen durmir. Pero o sábado pola noite libro», concluye aliviada.